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Sin cambio estructural, más inflación y devaluación

Salvador Di Stefano – Director de Agroeducacion

El problema de Argentina es que las cuentas públicas son crónicamente deficitarias, como no contamos con financiamiento genuino, la emisión de dinero o la captación de fondos en el mercado interno genera un aumento de la inflación y erosiona la competitividad argentina.

¿Cómo están las cuentas públicas?

. – Muy sencillo, de cada $ 100 que suman los gastos primarios y el pago de intereses, el Estado solo financia en forma genuina $ 72, con lo cual $ 28 tiene que buscarlo en el mercado vía colocación de deuda, o recurrir al Banco Central para que le realice un adelanto transitorio (emisión de dinero liso y llano).

¿Qué sucede con dicho financiamiento?

. – Si lo realiza a través del mercado, el Estado lentamente se va quedando con el financiamiento del sector privado, eleva la tasa de interés y comienza a jugar tiempo de descuento la sustentabilidad de la deuda. Si lo realiza a través de la emisión sin respaldo del Banco Central, esto se transforma en inflación.

¿Cómo se resuelve el problema?

. – Muy simple, si la suma de los gastos primarios y el pago de intereses es $ 100, los ingresos fiscales para financiar dicho gasto, como mínimo, deben ser $ 100.

¿Si ello no ocurre?

. – Vamos a tener problemas, ya que la brecha hay que cubrirla, como sucede actualmente.

¿Cuáles son los síntomas de ese problema?

. – El primer síntoma de un presupuesto desequilibrado, financiado bajo endeudamiento interno y emisión, es que los precios comienzan a subir. En la Argentina, la inflación minorista ya se ubica en el 42,6% anual, si proyectamos los últimos 3 meses, nos vamos a una inflación superior al 50% anual.

¿Un segundo síntoma?

. – La tasa de interés. En la actualidad, la tasa de política monetaria es del 38% anual, claramente es una tasa negativa contra la inflación pasada, presente y futura. Lo que no sabemos es hasta cuando los ahorristas dejarán el 58% de los depósitos en cuenta corriente y caja de ahorro sin generar una ganancia. Por otro lado, también desconocemos hasta cuando harán plazo fijo a tasas del 34% al 37% anual, cuando la inflación es mucho más elevada.

¿Tercer síntoma?

. – La brecha entre los dólares alternativos (Bolsa, Contado con Liqui o Blue) y el dólar oficial. Cuando la inflación es alta, sobran pesos en la economía y vivimos un escenario de alta incertidumbre, lo más probable es que los agentes económicos se vayan a refugiar en el dólar. La brecha había caído a niveles del 55%, nos parece que encontró un piso, y desde ahora en adelante veremos una diferencia que irá en permanente ascenso.

¿Cuarto síntoma?

. – El tipo de cambio oficial. En los últimos 12 meses, el tipo de cambio oficial aumentó menos que la inflación, esto implica que los precios internos crecen por encima del tipo de cambio oficial. Esto nos hará cada vez menos competitivos, y solo exportaremos materias primas, mientras que los productos con agregado de valor o industriales quedarán fuera de carrera. Cuando el sector externo se estrangule, es muy probable que el gobierno tenga que recurrir a una devaluación.

¿Antes de las elecciones?

. – El gobierno definió al tipo de cambio oficial como un ancla contra la inflación. En el mes de enero, la devaluación mensual proyectada nos daba una tasa de devaluación del 45% anual, en febrero del 35% anual, en marzo del 29% anual y en abril del 19% anual, claramente está desacelerando la tasa de devaluación, podría aguantar hasta fin de año, no creo que pueda sostenerse en el año 2022.

¿Entonces?

. – Es probable que el gobierno pueda sostener un estatus quo en el corto plazo, pero, en la medida que la tasa de interés sea negativa contra la inflación, pueden pasar dos cosas, que el gobierno suba la tasa para que los pesos no vayan contra los dólares alternativos (Bolsa, Contado con Liqui o Blue) o que mantenga la tasa de interés en los valores actuales, y sobrevenga una suba de precio de los dólares alternativos.

¿Qué sucede con el precio de las materias primas?

. – Subas muy importantes, tanto el maíz como la soja con límites de suba en Chicago, ante eventos climáticos muy complejos que auguran menos oferta a futuro.

¿Esto es bueno para Argentina?

. – La suba de precios de los productos que exportamos siempre es bueno para un país.

¿Qué impacto tendrá en las cuentas nacionales y cambiarias?

. – Todo dependerá de la conducta que tome el productor. Si el productor vende la soja y el maíz, subirá la recaudación de retenciones y el ingreso de dólares. Esto atempera el déficit fiscal, y le da liquidez al mercado cambiario. Si el productor vende lo justo y necesario, tendremos unos meses holgados, pero el problema se potenciará en el segundo semestre.

¿El gobierno tiene suerte?

. – Mucha suerte, sin embargo, estos precios le pueden traer contratiempos.

¿Por ejemplo?

. – El aumento de un insumo básico como el maíz, nos pondrá en un escenario delicado para la cadena de agregado de valor, que tendrá que convalidar precios más elevados para los productos que desarrolla. Esto se da de patadas con el gobierno nacional que está en una campaña por congelar el precio de todos los productos de la economía. Esto es válido para el trigo también.

Conclusión

. – El problema de Argentina de hoy y ayer, es que el presupuesto público no cuenta con un financiamiento genuino. Esto implica que estamos obligados a convivir con inflación elevada, tasas de interés alta, cepo, brecha en ascenso y tasa de devaluación subiendo a futuro, en el final del ciclo de ajuste.

. – La suba de las materias primas en el mundo son buenas para el Tesoro Nacional y el Banco Central, ya que implica mayor ingreso de dólares y un incremento en la recaudación de retenciones.

. – El productor se enfrenta a una doble Nelson (para los más jóvenes, era una toma de lucha libre que era conocida cuando veíamos Titanes en el ring, esto denota mi avanzada edad), por un lado, altas retenciones, y por otro una brecha cambiaria elevada. Así, la soja en Chicago vale U$S 560 y en Argentina U$S 220. El maíz, vale en Chicago U$S 260 y en Argentina U$S 140. En el año 2008, la soja valía en Chicago U$S 480 y el productor cobraba U$S 340, y tuvimos el conflicto de la 125, en aquella época no había brecha cambiaria. Hoy la situación del campo es peor que con la 125, pero el productor está más tolerante o resignado.

. – El aumento persistente de los insumos agropecuarios, sumado al aumento de la energía eléctrica, gas y combustible traerá consigo una inflación creciente. Si a esto le sumamos que el país tiene menos inversión y oferta de productos, se potencia la inercia inflacionaria.

. – Nuestra recomendación es ahorrar en primer lugar y mayoritariamente en dólares billetes, dejando en un segundo plano al ahorro en bonos en pesos ajustados por inflación, y mirar con atención los instrumentos que ajustan por dólar oficial, ya que, en el mediano plazo, no sería descabellado que este atraso cambiario, ajuste de un día para el otro.
Bonus track

 Para salir de la grieta observemos que tanto bajo el gobierno de Cristina, que no pagaba parte de la deuda, el gobierno de Mauricio Macri, y ahora el gobierno de Alberto Fernández, con el agravante de la pandemia, en todos los casos venimos conviviendo con déficit fiscal, y caída de actividad económica. Está claro que el problema es déficit, y si no se resuelve seguiremos, con el circulo vicioso inflación – suba de tasa – aumento de la brecha entre dólares alternativos y dólar oficia, y por último devaluación del dólar oficial.

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