Desconfianza en el planeta mientras la Argentina viaja al pasado
Por Hernán Fernández Martínez I Analista del Mercado de Granos y Dir. en Comercialización de Agroeducación
Muy buenos días, hoy arrancaremos por lo urgente para llegar a lo importante. Decimos lo urgente por no decir lo triste, lo patético o lo deprimente. Vivimos un nuevo cierre de exportaciones de carne y ya no tiene sentido insistir con que son medidas que “compran presente hipotecando el futuro”. Medidas que desalientan la inversión, detonan expectativas, destruyen cualquier incentivo para pensar en largos plazos, insumo esencial para la inversión privada.
El sector ganadero es uno de esos pocos en los cuales la “fábrica”, la vaca, está hecha del mismo material que el producto final, el novillo, para simplificar conceptos. Motivo por el cual, cuando desaparecen los incentivos para producir el producto final, se genera un fenómeno de “Liquidación” de hembras, que incrementa la oferta en el corto plazo, pero destruye la oferta del mediano porque se vendieron las fábricas. En contraposición, lleva mucho tiempo recomponer las fábricas liquidadas una vez que aparecen nuevos incentivos. Primera clase de Bovinos de carne en las facultades de agronomía.
Del mismo modo, lleva largos años abrir mercados compradores de nuestros productos en el mundo; que se destruyen en minutos con un par de medidas que interrumpan exportaciones y en consecuencia generen incumplimientos de compromisos asumidos previamente. En fin, acá estamos de nuevo como hace algo más de 15 años, cuando en marzo de 2006 el presidente Néstor Kirchner cerró por 6 meses las exportaciones de carne, medida que se extendió por 10 años, luego de lo cual se perdieron mas de 10.000 puestos de trabajo, casi 12 millones de cabezas y las consecuencias indirectas de estos datos. Creo que queda claro que no hubo demasiados cambios positivos en los precios de la carne que se buscaban reducir en aquel momento, mientras en simultáneo se gestionaba con lo de siempre, “emisión monetaria descontrolada”, “gasto público sobredimensionado” y “presión impositiva exorbitante”, las verdaderas causas de las recurrentes inflaciones en la Argentina de los últimos 100 años.
Volviendo al presente, debemos recordar algo que hemos comentado en estas líneas hace 5 meses, el 18 de diciembre de 2020 la señora vicepresidente en su discurso en el estadio único de La Plata planteó explícitamente que probablemente se vieran obligados a volver a alinear los precios de los alimentos a lo que los bolsillos de los argentinos pueden pagar, tal como hicieron durante sus presidencias. Y debemos decir que viene cumpliendo con su palabra, “desdoblamiento cambiario de hecho”, “control de precios”, “regulación de importaciones”, “default cercano” y finalmente “cierre de exportaciones de carne”. Lamentablemente debemos decir que, en esta batería de medidas, sólo faltan los “cupos de exportación para Trigo y Maíz”; que obviamente no sabemos si serán explicitados, pero lo hemos visto implícitamente durante 2020 por el lado del cereal de invierno. Todo esto sucede mientras atravesamos un año electoral, navegando en una tormenta macroeconómica, microeconómica, social y de salud pública.
Mientras tanto, en el planeta Tierra, en simultáneo con recuperaciones de la actividad económica en tiempos récord en algunos países en los que las vacunaciones avanzan rápidamente, vivimos durante las últimas 2 semanas, 2 eventos que generaron cierta desconfianza sobre el futuro cercano y que a su vez originó desplomes en buena parte de los activos financieros del mundo, dentro de los cuales se encuentran los productos agrícolas.
El primero y más preocupante tuvo que ver con el dato de Inflación de abril de 2021 en Estados Unidos, reportado hace dos semanas que alcanzó el 4,20% anual. Claro que visto desde nuestro país parece una bendición más que un problema, pero sucede que en aquel país y en términos relativos el incremento ha sido muy relevante, pasando del 1,40% en enero 21 a 1,70% en febrero y 2,60% en marzo, para llegar finalmente al dato citado de abril; mientras las causas estructurales de este incremento de precios no se han modificado aún y sigue latente la potencial suba de tasas de interés por parte del presidente de la Reserva Federal.
Mientras tanto, el miércoles de la semana pasada, fuimos testigos de un derrape muy importante en los valores generales de los activos financieros, día en el cual lo único a la vista fue la prohibición por parte de China del uso de criptomonedas como medio de pago. Con independencia que creamos o no en el peso de esta cuestión, ese día vivimos lo que se detalla en los colores de la imagen que sigue:
De todas las categorías de activos financieros detalladas, Índices de acciones, Energía, Soft Comoditties, Metales y Granos, sólo el Índice VIX (que mide volatilidad), el Oro, y el Ganado Terminado tuvieron subas durante la jornada del 19 de mayo mientras que resto se desplomaba en los principales mercados de capitales del mundo. Recuerden que el Oro es utilizado como lugar de resguardo de valor antes percepciones de tormenta financiera.
Alargando un poco el plazo de análisis y volviendo a lo nuestro, debemos decir que los Fondos Especulativos han vendido Posiciones en Soja por casi 3,50 millones de toneladas durante la última semana y llevan 5 semanas desarmando posiciones compradas en Maíz durante las cuales han vendido por más de 14 millones de toneladas.
Así fue y acá estamos, no hicimos este breve raconto para deprimirlos en este lunes, sino con el objetivo de que abramos los ojos y pensemos en los precios aún capturables tanto sobre el disponible como sobre posiciones de cosecha 21-22.
Como solemos repetir, “EL FUNDAMENTO DE OFERTA Y DEMANDA SE EXPRESA SOBRE LOS PRECIOS DE LOS GRANOS SÓLO SI EL ENTORNO FINANCIERO E INSTITUCIONAL SE LO PERMITE”. La situación del mercado de granos no ha cambiado, los números de oferta y demanda continúan delineando un contexto objetivamente alcista. Estados Unidos ya ha vendido al mundo unos 15 millones de toneladas del Maíz que aún está sembrando, de las cuales unos 10 millones de toneladas fueron compradas por China. Esto también es inédito, en términos de volumen de compras anticipadas y más importante aún en un año en el que, a priori, los stocks finales quedarían muy ajustados, aun presupuestando los rendimientos récord estimados por el USDA, mientras que queda todo el ciclo de cultivos por delante en el país del norte, en un escenario actual de humedad en el que no sobra nada. Por el lado de la oleaginosa la cosa se ve aún más ajustada que en maíz, en el balance de oferta y demanda en Estados unidos. ¡Sin embargo,hemos visto una vez más que los precios pueden caer de todos modos!!
Yendo a la gestión
En el profundamente incierto escenario general, tanto en el mundo como en nuestro país es que la sugerencia sigue siendo capturar los valores actuales del Maíz particularmente, aunque también de Trigo, y usarlo como medio de pago de todo lo que hubiera que pagar en el corto y mediano plazo, gastos corrientes, insumos 21-22 o bienes de capital. El Trigo y el Maíz especialmente, piden ser cubiertos en este escenario, más que nunca.
Venimos cruzando una avenida con los ojos vendados, se acaba de encender la luz verde y muchos empresarios agrícolas argentinos aún discuten cuándo rebotarán los precios mientras suenan los bocinazos… ¡Depende de nosotros regalarle a las empresas la certidumbre que necesitan…manos a la obra!