Por Ignacio Iriarte | Analista Mercado Ganadero
El año pasado, el peso medio de faena fue de 232 kilos, el valor más alto -según la Secretaría de Agricultura- desde los últimos 100 años. Sin embargo, este indicador se ubica bien por debajo del que muestran otras ganaderías como las de Uruguay (260 kilo), Brasil (270 kilos) o Estados Unidos (370 kilos).
En el caso de Australia, el peso de las carcasas bovinas viene aumentando año a año, y hoy el peso medio se ubica en los 320 kilos por animal, 75 kilos más que en el 2003.
En 19 años, el peso promedio de las reses australianas en gancho ha subido 30%. El peso medio actual de faena de los machos es de 347,7 kilos, y el de las hembras de 282 kilo, en este último caso con un aumento de 38,5 kilos por res desde el 2003.
En Estados Unidos, en los últimos 32 años el peso medio de faena se ha incrementado unos 60 kilos por res.
Por razones estacionales, y también a causa de la seca, el peso medio de faena de nuestro país ha caído en los últimos meses; en enero fue de 229 kilos, unos siete kilos menos que el peso registrado en julio-septiembre de 2022.
LA RELACIÓN COMERCIAL ENTRE CHINA Y BRASIL
Con la aparición de un caso atípico de vaca loca (BSE)en el estado de Pará, Brasil, este país ha suspendido la exportación de carne vacuna a China, que en los últimos tiempos venían a un ritmo de unas 100 mil toneladas mensuales.
De acuerdo al protocolo sanitario en vigencia, la suspensión de los embarques tendría que durar cuatro semanas, pero el gobierno chino no ha confirmado hasta ahora si ese será el plazo.
En septiembre del 2021, y al registrarse dos casos de BSE en Brasil y las autoridades de este país no comunicar el evento en “tiempo y forma” a las autoridades chinas, los frigoríficos brasileños tardaron más de tres meses en recuperar el mercado chino, lo que se interpretó como una verdadera sanción, y lo que determinó una fuerte suba de los precios de importación de China.
Actualmente Brasil está cubriendo el 40% de las importaciones chinas de carne vacuna.
En esta oportunidad, lo que se observa en lo inmediato es una caída de los precios del ganado en varios estados de Brasil, y una valorización de la carne importada ya introducida en China. Los importadores del gigante asiático se resisten a mejorar los valores pagados a proveedores alternativos como Argentina, Uruguay, Australia o Estados Unidos, y sostienen que el faltante de la carne de Brasil servirá para reducir los stocks de carne en cámara.
“La suspensión durará pocas semanas”, aseguran.
Si la suspensión dura sólo cuatro semanas, como todo indica, los efectos del caso de BSE en Brasil sobre el mercado internacional serán limitados.
Será con una mayor presión de los frigoríficos brasileños en el corto plazo en mercados alternativos como Chile, Unión Europea, Medio Oriente o Estados Unidos, con precios FOB más bajos.
China absorbe el 60% de las exportaciones brasileñas de carne vacuna.
En febrero los embarques brasileños -antes de la BSE- ya venían mostrando una tendencia ligeramente descendente, y las importaciones chinas de carne vacuna también registraban una caída en el volumen.
Por Ignacio Iriarte | Analista Mercado Ganadero