Por Ignacio Iriarte | Analista Mercado Ganadero
Tendremos una idea aproximada de las pérdidas ocasionadas por la seca (mortandad, menor parición, menor stock, menores ingresos, mayores gastos, descapitalización) en cuatro o cinco meses, cuando pase este pico de faena y de oferta.
En gran parte del país la seca ha comenzado a revertirse, pero la notable reducción de la receptividad de los campos obliga a sacar hacienda de los establecimientos, especialmente vacas y terneros. El productor, a la espera de las lluvias, ha diferido las ventas, y ahora de cara a las primeras heladas y al invierno, debe tomar decisiones.
Al menos un tercio del stock ganadero se halla en zonas que deben aliviar obligadamente la carga animal el 15–30%. La oferta de vacas es más alta de lo esperado, y a medida que se generalicen los tactos, que están muy atrasados, la faena de esta categoría –que hoy se ubica un 30% por encima de un año atrás– se acelerará aún más.
La zafra de terneros, que en enero–marzo resulta un 30% más alta que el año pasado, está en su apogeo, pudiéndose estimar que ya salió el 35-40% del destete. Todo lo que se vende obligado ahora, faltará a partir de mayo o junio.
Los precios reales del ganado han caído en un año entre el 30% y el 40%, con la evolución más negativa para las categorías que vende el criador: vacas y terneros.
El segundo semestre aparece mucho más favorable para el productor, pero para eso falta todavía muchos meses. Tendremos una idea aproximada de las pérdidas ocasionadas por la seca (mortandad, menor parición, menor stock, menores ingresos, mayores gastos, descapitalización) en cuatro o cinco meses, cuando pase este pico de faena y de oferta.
TACTOS
Resultados muy disímiles. En los campos “organizados”, donde la vaca recibió servicio en buen estado corporal desde principios de octubre, hay buenos resultados o caídas moderadas en la preñez, del orden del 3-4% con respecto al año pasado, porque la vaca por entonces estaba todavía en un buen estado.
Pero en general los porcentajes son bajos, entre un 10% y un 20% por debajo del otoño pasado. Los tactos están atrasados, pero entre los que se van conociendo sorprenden los extremos: establecimientos donde la seca y el calor pegó fuerte y la preñez no alcanzó el 50–60% y campos donde la alimentación –y la carga– fueron los adecuados y los índices superan el 90%. Hay muchas sorpresas, tanto favorables como negativas.
En la mayoría de los tactos que conocemos se observa mucha preñez cabeza, y poco cuerpo y cola. Las preñeces de enero y febrero, con la seca y las olas de calor, fueron muy pocas.
“Las intensas olas de calor de febrero y marzo, y el pobre estado corporal de la vaca han atrasado los tactos, al postergarse los trabajos de manga. El criador desde hace tres meses está vendiendo mucha vaca en forma adelantada, a menudo sin tactar, por lo que a los efectos negativos a futuro de un menor porcentaje de preñez habrá que agregar el de un menor stock de vientres. Viene un invierno muy difícil, porque aun en las zonas donde ha llovido, el campo natural se está recuperando muy lentamente, sin volumen de pasto, y con reservas forrajeras por debajo de lo normal”.
Resulta una incógnita la preñez obtenida en los campos con una menor adopción de tecnología, donde en general no se tacta, y donde hasta bien entrado el segundo semestre no se podrá advertir cuántas vacas han quedado vacías y cuántas preñadas. Allí esperamos una baja significativa en la preñez, igual que en las zonas donde la seca hasta el día de hoy no se ha revertido.
La faena de vacas resulta en enero-marzo un 22% más alta que en el primer trimestre del año pasado, con una tendencia a acelerarse en las últimas semanas.
Por Ignacio Iriarte | Analista Mercado Ganadero
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