La faena de bovinos caería un millón de cabezas
Por Ignacio Iriarte | Analista Mercado Ganadero
Una oferta limitada mantiene altos los precios reales de la hacienda. A la baja ya observada en meses anteriores en la oferta de vacas y de novillos, ahora se agrega la caída en la faena de vaquillonas y, especialmente, de novillitos.
El feedlot ya ha comenzado a ofrecer menos. Una faena en descenso, una exportación liberada y un consumo que se resiste a bajar de los 48-50 kilos per capita anuales, determinan precios reales que son iguales a los valores récords que se alcanzaron a mediados de 2022. Por el casi congelamiento del dólar, hay una desaceleración de la suba de los precios de insumos ganaderos.
Las pérdidas ocasionadas por la seca 2022/2023 serían bastante menores a lo esperado. De acuerdo con los datos que se van conociendo de la segunda campaña de vacunación 2023, y ya cerca de cerrar el registro definitivo, la caída en el número de terneros al pie de la madre en octubre-diciembre de 2023 sería de sólo 3,5%.
Habría unos 540 mil terneros menos que en la primavera del 2022, por lo que la zafra de 2024 podría alcanzar los 15 millones de crías, registro muy parecido al de los años 2022, 2018 y 2019, y superior a la de los años 2013/2015, cuando se destetaban en promedio unos 14 millones de terneros anuales.
Hay una tendencia de largo plazo a mejorar los índices de la cría, actividad que con la seca ha pasado airosa una dura prueba.
De acuerdo con los datos preliminares de la vacunación, el número de terneros habría caído sólo 1% en La Pampa, 2,5% en Entre Ríos, 3,5% en Santa Fe, 3,8% en Buenos Aires, 5% en Córdoba y 6,5% en Corrientes.
El número de vaquillonas a nivel nacional habría caído 5% y el stock de novillos y de novillitos se habría reducido entre 4% y 5%.
Si bien no se inocularon las categorías “mayores” (vacas y toros), puede calcularse que el stock ganadero total habría disminuido entre fines de 2022 y fines de 2023 en unos dos millones de cabezas.
La mayor parte de los veterinarios y extensionistas que hemos consultado interpretan que la mayoría de las vacas entraron al servicio 2022 en buen estado corporal y llegaron a preñarse antes de que se manifestaran los peores efectos de la seca.
“Mucha gente les dio de comer a las vacas, y vemos que la mayoría de los establecimientos grandes, con la carga y la alimentación adecuadas, tuvieron caídas en la preñez muy reducidas en relación con el año anterior. Después de muchos años de selección por fertilidad y mejora genética en los rodeos de cría, con un fenómeno tan adverso como la seca –que en muchos distritos fue la peor en 70 a 100 años–, se puede decir que la adaptación al medio de la mayoría de los rodeos de cría es muy alta”, aseguran.
Un extensionista nos dice que si bien se desconoce en qué magnitud se ha reducido el stock de vacas, debe observarse que en los meses posteriores al servicio, en febrero-julio del 2023, salieron de los campos de cría muchas vacas viejas, vacías o en mal estado corporal.
Durante todo 2023, la tasa de extracción de la categoría vacas se ubicó bien por arriba de los niveles de equilibrio.
En 2024, a causa de la finalización de la fase de liquidación, por la faena adelantada de algunas categorías y por los menores destetes que se esperan, la faena de ganado vacuno podría caer hasta en un millón de cabezas, constituyéndose esta matanza –pese a la baja– en el segundo registro más alto (después de 2023) de la última década.
La sensible mejora registrada en los índices reproductivos de los rodeos de cría permite augurar para los próximos años faenas de equilibrio más altas.
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