Cambie las preguntas y cambia su vida
Por Gustavo Picolla – Consultor | Director Agromanagement Agroeducación
Los griegos denominan ágape a un tipo de amor cuya esencia es la buena voluntad, la benevolencia y el placer voluntario en objeto del amor. No se usa para referirse al amor sexual o romántico, tampoco para una amistad o un amor fraternal. Ágape es un acto voluntario, implica fidelidad, compromiso y tiene una elevada naturaleza moral y de carácter fuerte.
Para el líder de la revolución humana, cuya finalidad es equilibrar el valor humano con el valor económico, el amor como ágape es su esencia.
Solo desde el amor el líder puede cuidar, valorar, respetar, delegar y reconocer a sus liderados.
El liderazgo se elige y como tal es un acto voluntario del que decide, no una obligación para cumplir con un rol que no siente.
Ser líder implica ser fiel a quienes lideras, aún en aquellas situaciones donde puede jugarse su puesto de líder
Es un compromiso con uno mismo y con los demás de llevar a cabo los comportamientos que permitan a sus liderados sentirse cuidados y orgullosos de quienes son. Porque todos los seres humanos tenemos la necesidad de sentir esos sentimientos.
El liderazgo requiere que el líder tenga una elevada naturaleza moral para que todo acto que deba afrontar lo haga con integridad, acorde a sus valores.
Asimismo, necesita de un carácter fuerte para demandar el cumplimiento de los compromisos asumidos con y por todos sus liderados. Carácter fuerte no implica mal trato, eso es ajeno al liderazgo. Un gran líder equilibra el carácter fuerte y el corazón blando.
En definitiva, aquellos líderes que amen a sus liderados lograran que regresen a sus casas con el orgullo de sentirse valiosos, lo reflejaran en sus relaciones familiares y tendrán una vida mejor, más rica y plena. Con estos sentimientos producirán mejores productos o servicios que redundará en clientes felices y leales a la empresa. La rentabilidad será la esperada y los dueños/accionistas estarán contentos.
Los líderes que amen a sus liderados lograrán que todas las partes interesadas en la empresa se beneficien.
Si los lideres amaran como ágape, las empresas, los países y el mundo serían mucho mejor.
Como dice Marshall Goldsmith:
La vida es corta. Haga todo lo que pueda para ayudar a las personas, no por su estatus, sino porque a los 95 años estará orgulloso si ayudó a la gente y decepcionado si no lo hizo.
Cambie el ayudar por amar y será un gran líder, porque el liderazgo es amor
Por Gustavo Picolla – Consultor | Director Agromanagement Agroeducacion
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