Dólar en Baja, Bonos en Suba.
Por Salvador Di Stefano | Director de AgroEducación
Los riesgos corporativos están bajando y nos aproximamos al riesgo medio de Latinoamérica, podríamos estar cerca de una baja en el riesgo país. El dólar se derrite.
Los mercados mundiales comienzan a mostrar que todos los caminos conducen a una baja de tasa de interés. El bono de tesorería a 10 años llegó a un máximo de 5,0% anual, mientras que el viernes cotizaba en 3,67% anual. La tasa bajó el 26,6% en un corto período de tiempo. El 18 de septiembre se reúne la Reserva Federal y podrían bajar la tasa de corto plazo.
La baja de las tasas internacionales impactó en el riesgo corporativo local. Las obligaciones negociables de PAE con vencimiento en el año 2027 rinden el 5,2% anual, una obligación negociable de YPF con vencimiento en el año 2029 rede el 7,7% anual, y la misma empresa con vencimiento en el año 2033 el 8,10% anual. La brecha de estas obligaciones con bonos del Tesoro americano a igual plazo es mínima, con PAE 2027 la brecha es del 1,5% anual, con YPF 2029 la brecha es 4,2% anual, y con YPF 2033 la brecha es 4,4% anual. El riesgo corporativo está bajando considerablemente y se aproxima al riesgo medio de América Latina, que se ubica en torno del 2,9% anual.
Los bonos soberanos, como el AL30, rendían el 5 de agosto una tasa interna de retorno del 31,2% anual, mientras que en la actualidad rinden el 23,5% anual, una baja del 24,7% en un corto período de tiempo. Si medimos estas variaciones por paridad, el 5 de agosto el bono AL30 valía U$S 46,8 mientras que el jueves pasado cerró en U$S 55,3, esto implica una suba de 18,2% en dólares. No parece nada mal para quien lo recomendó.
El riesgo país es muy elevado, se ubica 14,7% por encima de los rendimientos de los bonos del Tesoro americano. Si miramos lo que sucede con el riesgo corporativo, no deberíamos descartar que tengamos una baja en el riesgo país. Las acciones se están adelantando mostrando una gran suba, en especial los bancos. El 5 de agosto, Grupo Financiero Galicia valía U$S 26,0, y hoy vale U$S 40,6, lo que representó una suba del 56,2% en moneda dura.
Por si todo esto fuera poco, el dólar MEP el 5 de agosto estaba en $ 1.346, el dólar blue a igual fecha valía $ 1.390. En la actualidad, el dólar MEP vale $ 1.252, lo que implica una baja del 7%. El dólar blue hoy vale $ 1.240, lo que implica una baja del 10,8% desde el 5 de agosto. La proximidad del blanqueo hace que muchos agentes económicos vendan dólar blue para ingresar al blanqueo en pesos en una suma menor a los $ 100 millones, de modo tal de recuperar dichos pesos pasado el 30 de septiembre y poder comprar dólar MEP en el mercado.
Está más cantado que el tango “Caminito” que el dólar blue va a bajar en el mes de septiembre, y que el dólar MEP podría subir en el mes de octubre. Todos los caminos conducen a que el dólar blue se ubique en un precio inferior al dólar MEP en este escenario.
¿Salimos del cepo?
El gobierno no está apresurado en salir del cepo, lo cual me parece prudente. Heredó un saldo negativo de reservas y una abundancia de pesos equivalente a 2,5 bases monetarias. No existe magia en economía, solo el paso del tiempo hará que haya más demanda de pesos y, concurrentemente, más dólares en las reservas. La baja de tasas va a dinamizar la economía. En los últimos 5 meses se duplicaron los préstamos prendarios en pesos y los préstamos totales mostraron una evolución muy positiva, pero aún están negativos en términos reales respecto a un año atrás.
La economía vive un proceso de reactivación económica, no es igual para todos los sectores, pero vamos por el buen camino. El blanqueo no traerá una gran cantidad de dólares a las reservas, pero comenzaremos a convivir con un mayor stock de dólares en el sistema financiero y un aumento genuino de negocios en el mercado. Inyectar dinero genuino hará que crezca la base imponible para cobrar impuestos, reactivará mercados, como lo veremos en la construcción, y los títulos púbicos estarán más demandados en este contexto (recordar que puedo blanquear y comprar bonos sin pagar la multa).
La salida del cepo ocurrirá cuando el mercado monetario este más consolidado. Mientras tanto, muchos van a pregonar salir del cepo, pero pocos explican las consecuencias sociales de un nuevo salto cambiario.
El gobierno debería poner foco en los sectores que viven un escenario adverso, como es el campo, que sufre una fuerte baja en los precios internacionales y que tiene que enfrentar una nueva cosecha con incertidumbre climática. Nos ponemos de pie y aplaudimos, la rebaja y eliminación total en diciembre del impuesto país estaría muy bien, pero sería bueno que se evaluara una baja de derechos de exportación para soja, maíz y girasol con objetivo en la próxima campaña. No es un reclamo sectorial, los números no cierran y con el solo anunció se aceleraría el proceso de toma de decisiones, lo que traería aparejado más ventas de insumos, maquinaria y un derrame de dinero del campo a los grandes centros urbanos.
Conclusión
. – El dólar desde que asumió el presidente a la fecha fue un pésimo negocio. No hay devaluación cuando hay orden fiscal y superávit en la balanza de pagos.
. – No hay dudas que está bajando el riesgo corporativo de las empresas argentinas, esto traerá consigo más crédito, inversiones y empleo.
. – La baja de riesgo corporativo debería traer consigo la baja del riesgo país, vamos al octavo mes consecutivo de superávit primario y séptimo mes de superávit financiero.
. – Esta semana conoceremos la tasa de inflación de agosto. En los últimos 4 meses de este gobierno, la tasa de inflación mostró un promedio mensual del 5,8%, mientras que la tasa promedio de los últimos 4 meses de Alberto Fernández, con Sergio Masa como ministro, fue del 11,6%. Todos los caminos conducen a una tasa de inflación del 4,0% para agosto y tal vez 3,0% para septiembre. Esto invitará en algún momento a bajar la tasa de interés y la tasa de devaluación del peso. En este contexto, Argentina verá caer el riesgo país, y las empresas deberán trabajar para ir a más escala y generar más empleo, si quieren mantener las tasas de utilidad que tenían en el pasado.
Por Salvador Di Stefano | Director de AgroEducación