Durmiendo con el enemigo
Fernando Vuelta | Director de Comercialización de Agroeducación
Cuando la experiencia deja de ser nuestra aliada.
Cuan dificultoso es dar marcha atrás con una consigna cuando la construimos en nuestra mente como verdad suprema.
Es una situación fácilmente observable en cualquier interacción de personas que implique una discusión sobre algún tópico polémico que osa hacer temblar alguna estructura mental preestablecida.
Más aun para nosotros los argentinos donde el punta y hacha verbal es casi un deporte nacional que practicamos con tanta pasión como frecuencia.
Puede ser muy divertido para una sobremesa de domingo pero cuando cuentan los porotos, esa clase de emocionalidad e intransigencia ante una realidad (muchas veces evidente) puede resultar letal. La inteligencia emocional no puede ganarle a la capacidad intelectual.
Llevándolo al campo empresarial podemos afirmar que, si ante la ocurrencia de un cambio de reglas de juego, decidimos desde el pensamiento dogmático anulando la posibilidad de un análisis crítico, lo sufrirá el estado de resultados. Adaptarse es la clave.
En los últimos 20 años hemos escrito nuestro manual de supervivencia eligiendo caminos ante un cúmulo de regulaciones de tipos de cambio, retenciones fijas o móviles (siempre confiscatorias), tasas en pesos a licuar con devaluación, mercados intervenidos, restricciones a la exportación y podría seguir todo el día.
Tanto tiempo bajo estas condiciones nos han llevado a normalizar la anormalidad, subsistir donde lo impensado tiene ponderación como posibilidad. Cuántas veces hemos repetido “puede pasar cualquier cosa”.
Una anormalidad que funcionaba de espaldas a los libros y que donde la decisión racional (elemental para la teoría económica) no era aplicable y hasta antieconómica.
Por más difícil que se nos haga nuestra diaria, es momento de volver cuanto antes a las sanas reglas del mercado, las que enseñan los libros, aquellas que se quisieron reescribir.
Máximas olvidadas con nueva vigencia
Endeudarse cuesta plata.
Volvamos algo más de un año atrás y repensemos la situación.
Una cosecha de soja fue buena pero veníamos de dos muy malas, estaba llegando una de trigo mediocre en general y el maíz había sufrido un duro golpe por la plaga con grandes mermas.
Tasas de 66/70% se tomaban con total voracidad como modus operandi de supervivencia Albertista/Massista, un carry trade agrícola de manual como lo fue tasa contra tipo de cambio.
El análisis económico financiero basado en margen bruto y eficiencia operativa resultaba irrelevante, el spread tasa/devaluación hacía todo el trabajo.
Tomar pesos prestados era per se una forma de capitalizar la empresa con solo mantener saldos de activos en moneda dura y pasivos en moneda en constante devaluación.
Esta práctica va absolutamente en contra de la lógica económica de funcionamiento de los mercados libres y por lo tanto normales.
La palanca financiera debe tomarse si y solo si la renta operativa que se obtiene de la aplicación de los fondos es en % superior a la tasa pagada. Si está máxima no se cumple la palanca financiera será negativa y como tal es un torpedo en la línea de flotación del estado de resultados
Parece una aclaración obvia pero no lo es, la mente nos lleva a hacer lo mismo que ha funcionado en otras épocas en base a nuestra experiencia reciente, en forma mecánica muchas veces sin profundizar el análisis.
La nueva realidad nos muestra tasas en dólares muy competitivas para fondear capital de trabajo o inversiones, las tasas en pesos en los niveles de antaño son prohibitivas traducidas a moneda dura. O lo que es lo mismo, no existe renta operativa en el campo hoy que pueda pagarlas sin descapitalizarse.
El capital está para fluir, no estancarse.
“Tengo guardada soja y maíz pero si lo vendo, que hago con la plata”
Frase dicha millones de veces en los últimos años y por lógicas razones.
Las restricciones cambiarias provocaron la escasez o inexistencia de refugio en activos líquidos en dólares oficiales y algunas de las pocas alternativas existentes eran:
- Insumos con límites prácticos en su acopio y sobrecompra
- Dólares alternativos con una brecha de cotización de más del 100% (mep/BNA).
- Otros instrumentos que por volátiles, riesgosos o desconocidos no eran utilizados por la mayoría.(ONs, Bonos)
Por otro lado la estrategia hermana de la enunciada en punto anterior era justamente retener inventarios para obtener beneficios de una devaluación.
Con tan solo observar la historia reciente se puede comprobar que la retención por la retención misma nos puede jugar una mala pasada, y el concepto de costo de oportunidad nuevamente hace su aparición y no debe ser ignorado. La gestión es un insumo un poco olvidado que llegará para quedarse.
Mantener stocks es razonable si y solo si durante el período de la guarda estimado el precio de los granos sube más que la tasa que pago por financiarme o es mejor a las tasas de las alternativas de inversión disponibles.
Las alternativas de colocación financiera comienzan a aparecer y lo mejor que podemos hacer como empresarios es enfocarnos en el análisis completo de alternativas para maximizar los resultados que van más allá de lo estrictamente productivo, en este caso financiero.
Nunca olvidarse que las empresas son una máquina de interés compuesto, estancar fondos habiendo alternativas mejores de colocación es como romperle los engranajes.
Bajo este contexto vuelven los análisis de precios diferidos para operar el costo de acarreo de mercadería entre posiciones, o la toma de inversos con colocación de los fondos disponibles entre otros razonamientos. Esto necesariamente llevará a un mercado con mejor volumen, mayor liquidez y por consecuencia mucho más arbitrado.
La estacionalidad afecta los precios de bienes y servicios.
Ríos de tinta se han escrito nombrando la ley de la oferta y la demanda, se enseña desde secundarias hasta claustros de altos estudios y sin embargo aquí en Argentina ha tenido un valor relativo.
Me voy a enfocar específicamente en una variable cuyo precio es crítico para el cálculo de costos en un territorio tan vasto como el nuestro: la logística.
Cuenta la leyenda que hace muchos muchos años, se calculaba meticulosamente dentro del costo de comercialización, comparando precios de plena cosecha (altos) con precios en baja (más bajos) para así poder programar una logística que nos arrojara el menor costo posible.
Esta sana práctica presupuestaria y de gestión fue hace mucho abandonada por mucho por otras más intuitivas, necesarios ante cambios y continuas arbitrariedades en las variables macro.
Sin embargo la estabilización me lleva a plantearme que vuelva el comportamiento lógico, basado en oferta y demanda, donde el diferimiento de ventas debe ser puesto en valor junto con la incidencia de los costos logísticos de transporte. El precio en puerto es relativo si mis gastos suben o bajan a través de la línea temporal, y lo que vale es lo que recibo tranqueras adentro.
Volver a las bases
Lejos de tener voluntad de sermón a los lectores de nuestro sector, estas líneas cumplen más bien una función de autodeterminación.
Todos aquellos que participamos en decisiones empresariales desde hace muchos años se nos dificulta cambiar de canal, dejar la defensiva, el poner foco en mejorar nuestra eficiencia en lugar de buscar por los rincones de donde va a venir el próximo guantazo. Es prioridad elaborar escenarios alternativos para asegurar respuestas razonadas y no reactivas frente a la incertidumbre estructural.
Como toda transformación debe hacerse en forma consciente, con decisión y rapidez, aquellos que lo logren generarán gran ventaja y sobre todo evitarán los errores no forzados.
Cuando los márgenes se achican, volver a las bases de la eficiencia y la productividad debe ser el camino a elegir, donde las sugerencias expresadas se transformarán más bien en un mandato de supervivencia.
Fernando Vuelta | Director de Comercialización de Agroeducación
↓ CONGRESO DE AGRONEGOCIOS 2024 ↓ El Evento del Año del que Sos Parte 21 de Noviembre – 8:30 a 12:30 / Bolsa de Comercio Rosario |