La oferta de ganado con destino a la faena sigue su carrera ascendente. En mayo según los datos estadísticos del Senasa se emitieron permisos de traslado de hacienda por 1,18 millón de vacunos lo que significa un incremento del 13% con relación a abril. No vale comparar con mayor del año pasado ya que en ese mes se redujo la oferta a 980 mil cabezas consecuencia del paro de productores.
Con este incremento en los primeros 5 meses del año los productores llevan vendidos a los frigoríficos 5,35 millones de animales, casi la misma cantidad que en los primeros 5 meses del 20221. La diferencia es de apenas 100 mil cabezas. Esto da por tierra con las versiones de algunos operadores que indicaban una menor oferta para este año y le dan la razón a algunos analistas que vienen estimando que se llegarían a 12,8/12,9 millones de cabezas en el año.
Todavía hay margen para que ese volumen sea mayor ya que los feedlots están encerrando importantes cantidades de ganado gracias a la recomposición de las relaciones entre las principales pariables del negocio. La brecha entre la invernada y el gordo se achicó a cerca del 10%. Por su puesto que la diferencia es mayor cuando al valor del kilo vivo en la compra se le suman los gastos y al de la venta se le restan.
Si la faena se acerca a la del año pasado la producción rondaría entre 2,9 y 3 millones de toneladas de carne vacuna. Entonces el cepo exportador se mantendría en las 700 mil toneladas ya que según indicaron desde el ministerio de Agricultura Argentina no exportaría más del 24/25% de su producción.
En consecuencia, habría 2,3 millones de toneladas para la demanda interna lo que significan 50 kilos por habitante y por año.
En definitiva, en esas condiciones y teniendo en cuenta que el gobierno dijo que el objetivo era garantizar un consumo de 45 kilos por habitante al año se podría liberar más carne para la exportación y al mismo tiempo mantener bien abastecido al mercado interno que absorbe otros 48 kilos de carne aviar y casi 20 de carne porcina entre lo que se produce en el país y los aproximadamente 2 kilos por persona que se importan.
El total ascendería entonces a los 116 kilos por habitante entre las tres carnes lo que indica que, como siempre, el mercado está bien abastecido aunque el reparto es desigual ya que en los sectores de menores recursos y precio de por medio la inclinación hacia el consumo de carne de pollos es mayor.
La faena vacuna en mayo alcanzó a 1,178 millones de animales, el incremento fue del 13% en abril y en esto mucho tiene que ver la alta oferta de vacas que se pone en evidencia en las entradas al Mercado Agroganadero de Cañuelas donde prácticamente el 60% de la oferta son vacas.
En mayo se faenaron 300.000 vacas, 15% más que en abril. En cuanto a las vaquillonas no hubo un cambio importante, el total fue de 250.000 cabezas, 3% más que en abril. Así la faena de hembras llegó al 46,5%.
El incremento en la categoría vacas tiene que ver con la estacionalidad. Estamos en plena zafra ya que una vez hechos los tactos y ante la llegada del frío que reduce la oferta forrajera los productores se desprenden de los vientres improductivos, proceso que se viene dando en los últimos años y que alimenta una leve pero creciente tasa de destete que este año llegó al 65%.
La faena de machos subió pero de manera desigual según la categoría. De acuerdo con los datos estadísticos del Senasa que serán corroborados en los próximos días cuando se conozca la faena que informa la Dirección de Control Comercial Agropecuario.
La oferta de novillos aumentó sólo 2%, pero la de novillos subió 2% mientras que la de novillos subió 12% lo que está dando cuenta del resultado que dan las recría que permiten el envío a faena de animales más pesados. En efecto el peso medio por res engancho llegó a los 231 kilos cuando en el país hubo períodos con promedios por debajo de los 220 kilos.
Hay que ver si ese kilaje medio se sostiene en el segundo semestre ya que los feedlots están encerrando más hacienda. De acuerdo a información brindada por analistas en el mes pasado habrían ingresado a los corrales 500 mil cabezas que en su mayoría se ofertarían bien entrado el invierno y con kilajes de vaquillonas o novillitos livianos o medianos.
El incremento en la oferta de ganado liviano que se espera para el segundo semestre podría condicionar la mejora en los precios del ganado en términos reales. Hasta el momento y según los datos publicados por el Mercado Agroganadero de Cañuelas la hacienda aumentó en forma interanual entre 60% y 65% dependiendo de la categoría. En poco tiempo más, si se frena la suba, volvería a perder la carrera contra la inflación.
Mercado internacional
En el mercado europeo se está dando una baja marcada en los precios de la carne vacuna. La tonelada del Rump and Loin que se llegó a vender en u$S18.000 cayó a u$S13.000, la caída fue del 25% nada menos.
La baja tiene que ver con la inflación y el encarecimiento de la energía que reduce el poder de compra de los importadores que además se cubren de lo que puede llegar a suceder, en definitiva, están viviendo con una variables a la que estamos acostumbrados los argentinos y que tanto daño le hace al desarrollo económico, la incertidumbre.
Con estos precios de la carne y un novillos en $540/550 la carne en gancho los exportadores dicen que el negocio cierra muy justo.
Hay que tener en cuenta que las exportaciones se concretan al tipo de cambio oficial menos retenciones lo que da un dólar muy inferior al que rige para medir los precios de la economía interna.
Por otra parte, este año no se cumplirá con el cupo Hilton. Ya no es posible enviar por barcos lo que falta para que ingrese al viejo continente antes del 30 de junio por lo que quedarían entre 5% y 7% del cupo de 29.400 toneladas sin cumplir. Para el año que viene esa cuota se reduciría a 29.100 toneladas debido a la salida del Reino Unido de la Unión Europea.
En China la demanda también aflojó. Los confinamientos a los que obligó el gobierno por los casos de Covid redujeron la demanda. Además hubo y persisten los problemas para conseguir barcos, para descargar la mercadería lo que atora los puertos y luego también faltan camiones para su reparto interno. Por eso los precios bajaron entre u$S600 y u$S700 la tonelada aunque partiendo de los niveles de precios más altos que haya pagado ese mercado.
Los exportadores sostienen que, más allá de estas cuestiones que son de tipo coyunturales, el mercado chino seguirá pidiendo carne vacuna y continuará siendo el motor de las exportaciones argentinas.
Se espera que sus pedidos de carne de vaca se mantengan pero que también crezcan los embarques de novillos.
Sucede que pese a que en China se recuperó la producción de carne porcina que había caído en cerca de 20 millones de toneladas cuando se desparramó como reguero de pólvora el virus de la peste porcina africana, su oferta interna ya se recuperó y sin embargo los pedidos de carne vacuna no aflojaron. Está claro que la especia bovina se ganó su espacio en un país con 1.500 millones de habitantes en continuo proceso de cambio social y de adaptación a esta carne que es la más cara del mundo, la más costosa y la que tiene el menor índice de crecimiento.
En los últimos años la oferta global creció levemente y por debajo de una demanda internacional lidera por China que pide cada vez el producto. Las perspectivas en ese destino siguen siendo enormes y Argentina tiene las chances de ser unos de los que capture esas oportunidades de negocio que le devolvieron la renta a la cría. Con un poco más de certidumbre política y económica y buenas señales para el sector es muy probable que se disparen las inversiones de retención de ganado y de producción de carne.
Por Nicolas Razzetti | Periodista Canal Rural