Por Gustavo Picolla – Consultor | Director Agromanagement Agroeducación
En épocas en las que la creencia de que la vida de los seres humanos estaba determinada por los dioses que jugaban en el Olimpo, Aristóteles explicaba en su academia de las afueras de Atenas lo que sería llamado el “Principio aristotélico de causalidad”. En él Aristóteles proclamaba que vivimos un universo gobernado por el orden, que todo sucede por una razón y que sólo porque no conocemos la razón, eso no significa que una razón no exista.
Esto dio el sustento a la conocida ley de causa y efecto.
La ley de causa y efecto es un principio universal que afirma que cada acción (causa) tiene una consecuencia (efecto). Esta ley es bastante simple: todo lo que hacemos genera un impacto, ya sea en nuestra vida o en la de quienes nos rodean. ¿Alguna vez has pensado en cómo una pequeña decisión puede desencadenar una serie de eventos en tu vida?
El haber dedicado mucho tiempo a estudiar sobre liderazgo personal y organizacional hizo que, con el tiempo, aparecieron nuevas oportunidades y hoy pueda vivir de lo que me apasiona.
Es como seguir la receta para hacer un pastel. En la medida que apliques los pasos que indica la receta, el resultado será el pastel En la medida que lo repitas continuamente, el pastel saldrá cada día mejor.
Esta ley aplica perfectamente en el camino del desarrollo personal. Nuestras acciones diarias, incluso las más pequeñas, tienen un impacto acumulativo. Por ejemplo, al practicar un hábito positivo, como hacer ejercicio, leer, o practicar la gratitud, estás plantando una semilla. A medida que mantienes esos hábitos, el efecto se refleja en un mejor estado físico, emocional y mental.
Como dice Brian Tracy: “si hay un efecto que deseas, como la salud, la felicidad, la prosperidad o el éxito, puedes lograr ese efecto creando las causas que lo provocan. La manera más fácil de tener éxito es encontrar a alguien que ya haya logrado lo que tú deseas lograr y luego hacer las mismas cosas que hizo esta persona, una y otra vez, hasta que obtengas los mismos resultados.”
¡Aplica la misma receta! Si haces lo contrario nada podrá ayudarte.
Quien eres hoy (efecto) es el producto de las decisiones (causas) que tomaste en el pasado. Lo que somos es el resultado de nuestras decisiones, no de las condiciones.
Ampliemos la mirada hacia el liderazgo organizacional
El liderazgo no solo se basa en inspirar y guiar a otros; también significa asumir la responsabilidad de cómo nuestras acciones afectan a las personas a nuestro alrededor. La ley de causa y efecto es esencial en el liderazgo, ya que cada decisión que toma un líder influye en la moral, el compromiso y el rendimiento del equipo.
Lo que sucede en la mayoría de las empresas es que el nivel de compromiso de los empleados con el trabajo es muy bajo. De hecho, el último informe de la empresa Gallup sobre el bienestar de los lugares de trabajo, manifiesta que sólo el 23% de los empleados están comprometidos con su trabajo y que el 41% de los empleados están estresados. En las empresas mal gestionadas el porcentaje de empleados estresados empeora al 60%.
Esto es el efecto, ¿cuáles son las causas?
En mi opinión, la principal causa es que quienes gestionan las empresas ven a las personas como recursos. Se vanaglorian de los resultados alcanzados a costa de las personas. En definitiva, poco le importa lo que sucede con las personas y se demuestra con el trato diario que les dan.
Los empleados pueden comprometerse cuando satisfacen sus necesidades básicas y tienen la oportunidad de contribuir, un sentido de pertenencia y oportunidades para aprender y crecer. Agréguele un buen clima de trabajo y que disfruten de lo que hacen y el efecto llegará solito.
Otro ejemplo, si quiere generar confianza actúa de manera transparente y cumplí tus promesas, el efecto será un equipo que confía en usted y se siente motivado a seguirlo.
En conclusión, la ley de causa y efecto es un recordatorio poderoso de que cada acción cuenta. En el desarrollo personal, esta ley nos impulsa a ser responsables de nuestras decisiones y a entender que nuestros esfuerzos tienen un impacto duradero en nuestra vida. En el liderazgo, nos ayuda a tomar decisiones conscientes que beneficien tanto a nosotros como a los demás.
“Lo que te trajo hasta aquí no te va a llevar allí”. Así que define claramente lo que quieres lograr, dónde quieres ir y reflexiona sobre las decisiones que debes tomar para lograrlo.
¡Espero que esta ley te inspire a crear un camino de crecimiento y liderazgo positivo!
Por último, desde AgroEducación desearles un muy buen fin de año y que comiencen el 2025 más motivados para todo lo que viene.
Por Gustavo Picolla – Consultor | Director Agromanagement Agroeducacion
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