Por Ignacio Iriarte | Analista Mercado Ganadero
Los “stocks” acumulados son una limitante para realizar más compras. Se estima que en los próximos meses se reducirán los envíos, mientras los importadores piden bajas de precios.
La demanda china por la carne vacuna se desacelera. En la feria del Sial de Shangai, recientemente concluida, los importadores chinos, que ahora intentan obtener nuevas e importantes bajas en los precios pagados, han sostenido que hay voluminosos stocks acumulados.
Se trata de carne importada que está en manos de los mismos importadores, de distribuidores y procesadores, y que hasta que esos stocks no sean absorbidos, los valores y los volúmenes adquiridos de la carne importada tenderán a la baja.
La finalización de la restrictiva política de “Covid-19 0″, decidida en diciembre último, ha traído una importante recuperación en la actividad económica, pero en el caso del food service, que es el canal comercial que concentra la demanda por carne vacuna importada, se observa que está todavía lejos de los niveles prepandemia, con mucha menos gente en la calle, menos tránsito, y con muchos restaurantes, bares y locales gastronómicos cerrados.
La pandemia ha dejado una marca psicológica profunda en la actitud de los consumidores, que están más cautelosos, que se han gastado sus ahorros, que han recortado muchos gastos y salidas fuera de casa, y que ven con cierto pesimismo el futuro.
En los últimos meses las exportaciones argentinas de carne vacuna a China se han mantenido relativamente estables, con un aumento en los embarques a este destino de Uruguay y de Australia, pero con una caída muy fuerte en los embarques de Brasil.
Precisamente, el vecino país en abril colocó sólo 41 mil toneladas, contra unas 100 mil toneladas mensuales que vendía en los meses previos a la suspensión –a causa de un caso de BSE en Pará– y bien por debajo del pico de septiembre del año pasado, que fue de 135 mil toneladas. Brasil ya no tiene restricciones sanitarias para acceder a este mercado, pero encuentra que la demanda del gigante asiático, al menos en el corto plazo, ha caído marcadamente.
Después de una baja interanual del orden del 30-35% en los valores pagados, los importadores chinos –ahora con posterioridad a la feria de Shangai– ensayan otra oleada de bajas en las cotizaciones, en algunos casos superiores a los U$S 500 a U$S 700 por tonelada.
En los últimos meses, si tomamos la sumatoria de los embarques a China de Brasil, Argentina y Uruguay, que comprenden el 70% de las compras del gigante asiático, y le agregamos las exportaciones de Estados Unidos y de Australia, podemos proyectar que las importaciones chinas de carne vacuna caerían en los próximos meses a las 170-180 mil toneladas mensuales.
La retracción sería por debajo de mayo-junio del año pasado (220-230 mil toneladas) y alejadas cada vez más del pico de importación de julio-agosto pasado, que fue de 270-273 mil toneladas mensuales.
En abril último, las importaciones chinas de carne vacuna cayeron a 183 mil toneladas, un 5% menos que en abril de 2022.
Según los importadores chinos, los stocks acumulados de carne vacuna comprenden cientos de miles de toneladas y serían equivalentes a dos o tres meses de importación. Hay además una abundante oferta de carne –a bajos precios– de los frigoríficos brasileños, y hay mucha carne del mismo origen en los puertos y los depósitos cuya documentación sanitaria (BSE) es incierta.
Hasta que no se absorban estos volúmenes acopiados, será difícil que los precios y las cantidades adquiridas mejoren.
Un enfoque optimista sobre la probable evolución del mercado chino sostiene que con el paso de los meses esos stocks se irán absorbiendo, el consumo en el canal de food service se irá recuperando y en el segundo semestre, con el aumento estacional de las compras chinas de carne vacuna –para las fiestas del año nuevo lunar de Enero–, las cotizaciones también se recuperarán.
“China es un mercado nuevo, inmaduro, con muchos operadores sin experiencia, que tienen comprada mucha carne de más; y como diría un matarife argentino, ahora están sufriendo un atracón. Puede considerarse que los valores actuales de importación están en un piso, los fundamentales positivos para este mercado están intactos”, observan en el sector.
Por Ignacio Iriarte | Analista Mercado Ganadero
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