El segundo trimestre del año es clave en nuestro país, dado que se levanta gran parte de la cosecha gruesa, soja y maíz son los principales productos que se transportan por las rutas argentinas, desde los campos a los centros de acopios y puertos, para ser exportados, y permitiendo importante ingreso de divisas al país. En medio de la cosecha, los conflictos surgen, por falta de combustible y suba de precios, que encarece las labores de cosecha, el transporte y toda la cadena agroalimentaria hasta el consumidor final dentro y fuera del país. Estos problemas reflejan pérdida de competitividad frente a otros países que producen y exportan alimentos al mundo, y es Brasil, el vecino país, quien compite directamente con Argentina, teniendo por ventaja comparativa mayor cercanía a países demandantes de materias primas, lo que baja el costo de fletes marítimos. Comparemos el nivel de productividad de Brasil y Argentina, para ver cuán competitivos somos con respecto a nuestro vecino.
Los gráficos muestran dos datos importantes, por un lado, la evolución la evolución de la producción de granos y carne de vaca, en millones de toneladas, desde 2003 hasta la fecha, y, por otro lado, las barras muestran la evolución de la productividad de cada producto, los kilos por hectárea producidos de soja, maíz y trigo, y los kilos por cabeza da ganado en ambos países. Vemos entonces, en casi dos décadas, como evolucionaron en cantidad producida y eficiencia, es decir, cuanto han hecho rendir cada hectárea sembrada y cada cabeza de ganado vacuno.
- SOJA: Vemos que, en cuanto a producción, Argentina fluctúa entre 40 y 55 millones de toneladas, bajando su producción las últimas tres campañas, mientras Brasil no deja de crecer, alcanzando desde hace seis años superar 100 millones de toneladas, y proyecta en la presente campaña más de 140 millones de toneladas.
En cuanto a productividad, vemos que, mientras Argentina baja sus rendimientos a menos de 2.500 kilos por hectárea, Brasil se estabiliza en torno a 3.500 kilos por hectárea, de manera que, la mayor producción no solo está ligada a mayor superficie sembrada con soja, sino además a mayores rendimientos por unidad de superficie, muy al contrario que Argentina, quien ha bajado su superficie de siembra y también sus rendimientos.
- MAÍZ: Argentina ha crecido en producción de maíz, apuntando a 50 millones de toneladas, y Brasil busca superar 100 millones de toneladas los últimos años, ambos países han destinado más superficie para la siembra de este cereal. Cuando vemos los rendimientos, Argentina supera ampliamente a Brasil, con rendimientos promedio entre siete y ocho mil kilos por hectárea, mientras Brasil no alcanza los seis mil kilos por hectárea, esto se debe a que Argentina destina mejores suelos para la producción de maíz, mientras Brasil avanza en la siembra de suelos con menor productividad, lo que es posible gracias a la tecnología aplicada en esas zonas más marginales.
- TRIGO: Este cereal de invierno, no es común en zonas cálidas, como es la mayor parte productiva de Brasil, por tanto, la producción es muy baja. No obstante, viene creciendo y superó 7 millones de toneladas este año. Argentina, triguero por excelencia, ha sumado superficie productiva para trigo, superando 20 millones de toneladas este año. La productividad de trigo argentino se ha sostenido en torno a tres mil kilos por hectárea, buscando estabilizarse en niveles más altos, por aplicar tecnología y destinar mejores suelos para su producción. Brasil ha logrado mejorar su tecnología de manejo y llegar a productividades muy competitivas, acercándose a tres mil kilos por hectárea.
- CARNE: Pasando a un alimento más relacionado al agregado de valor, veamos lo que ocurre en producción y productividad de carne bovina. Vemos que Argentina desde su caída de producción en 2010, le cuesta estabilizarse y superar la producción de tres millones de toneladas de carne, mientras Brasil alcanza diez millones de toneladas de carne por año, desde los últimos cuatros años. Cuando vamos a productividad de carne por cabeza de ganado, tenemos que Argentina, luego de su gran matanza de hacienda en 2009, que generó esa productividad virtualmente alta, se sostiene en torno a 200-210 kilos de carne por cabeza, mientras Brasil difícilmente alcanza 200 kilos de carne por cabeza.
La razón de mayor productividad de Argentina respecto a Brasil y no crecimiento en producción de nuestro país, es por el estancamiento en el stock bovino, por no aumentar en número de cabezas producidas, a diferencia de Brasil, que cada año aumenta su stock, y resigna producción por unidad de cabezas.
Contexto macroeconómico: Cuando vemos los niveles de producción y productividad, se observa que, mientras Brasil sigue creciendo en todo, luchando con sus limitaciones ambientales para elevar la productividad por cada hectárea sembrada y cada cabeza de ganado puesto a producir, nos preguntamos porque Argentina muestra un nivel crecimiento tan lento y estancamiento en su productividad para casi todos los productos planteados.
Si vamos al tipo de cambio en Brasil, el Real se ha revaluado en los últimos 12 meses más de 12%, mientras el PESO argentino se ha devaluado 21%, es decir, mientras el Real vale más, el PESO vale menos. Cuando vamos al aspecto financiero, la tasa de interés del Banco Central de Brasil es de 11,75%, mientras la de Argentina es 47%. Por último, la tasa de inflación en Brasil midió 10.5% anual, mientras Argentina supera 52% anual, para los últimos doce meses.
Para resumir, puede decirse que, mientras Brasil tiene una moneda que se revalúa frente al Dólar, el costo del dinero y la inflación en niveles relativamente equilibrados, Argentina muestra indicadores macroeconómicos muy elevados y una devaluación que además de elevada, es la base devaluatoria de tipos de cambio múltiple, debido a las brechas cambiarias entre el tipo de cambio oficial, Dólar Bolsa, etc., que quitan previsibilidad de corto y mediano plazo, fundamentales para proyectar inversiones, programas de desarrollo, crecimiento, etc., que elevarían nuestros niveles de productividad y producción de las materias primas y de las carnes.
Conclusiones: Poniendo foco en algunas materias primas, como soja, maíz y trigo, y en nuestra carne vacuna, conociendo las complicaciones del contexto actual, viendo la evolución de las últimas dos décadas, y el nivel de los indicadores macroeconómicos actuales, podemos ver que Argentina es menos competitiva que Brasil, a pesar de disponer de elevado nivel de recursos naturales, como suelos y ambientes para producir.
Es muy difícil elevar la competitividad productiva sin competitividad macroeconómica, lo que pone un límite al crecimiento y desarrollo productivo del país, por lo tanto, un límite a la generación de divisas genuinas.
Por Marianela De Emilio | INTA Las Rosas y Docente AgroEducación