Conversando con la clase media argentina
Por Salvador Di Stefano | Analista Económico y Director de AgroEducación
Conversando con la clase media argentina
La clase media argentina tomó como un derecho adquirido viajar al exterior, tener un dólar barato, crédito a tasa cero y bajo precio de las tarifas. Vivimos con tipo de cambio bajo en los 90, también entre 2008 y 2017, nos gastamos más de U$S 70.000 millones en viajes al exterior. ¿Habremos vivido por encima de nuestras posibilidades?
¿Cómo estás?
. – Creo que tuve momentos mejores.
También hubo momentos peores
. – Correcto, tuvimos dos grandes crisis que nos dejaron marcados, la del año 1989, cuando se produjo la hiperinflación, y la crisis del año 2001.
¿Cómo fue en 1989?
. – La hiperinflación nos destruyó, el país pasó de tener el 20% de los hogares bajo la línea de pobreza en mayo de 1989 a tener el 38% de los hogares en octubre del año 1989. Fue un momento crítico, el corralito hizo que el Estado se quedara con los ahorros de toda nuestra vida y nos dieran un bono a 10 años en dólares. El que lo pudo aguantar ganó dinero, pero esa confiscación se llevó buena parte de nuestros sueños. Desde ese momento en adelante, los bancos no recuperaron la confianza de los ahorristas. A partir de allí, muchos ahorramos en dólares billetes en caja de zapatos, seguridad o donde sea, menos en el banco.
Hubo una revancha en la década del 90
. – Llegó la convertibilidad en el año 1991, la economía argentina tuvo su época de oro en los años que fueron de 1991 a 1995, allí volvió a crecer la clase media, las privatizaciones nos trajeron comunicación, crecimiento, crédito y lo más importante fue que vivimos muchos años con un bajo nivel de inflación, hasta recuperamos el crédito hipotecario. Al fin la casa propia.
¿Por qué todo se desvaneció?
. – Antes de que todo se fuera al demonio, la convertibilidad, un dólar por un peso, le permitió a la clase media argentina viajar por el mundo, vivíamos el “dame dos”, fueron años gloriosos para conocer Estados Unidos, Europa, el Caribe, veranear en Brasil, nos acostumbramos al agua cálida en contraposición a la fría agua de nuestras playas del sur. Mar del Plata salió de la mirada top, Punta del Este pasó a ser el lugar de encuentro. Muchos dólares salieron de la Argentina y la clase media se acostumbró a viajar por el mundo. En el año 1998 comenzó la decadencia, el gobierno incurrió en un gran déficit fiscal que no pudo corregir, en el año 1999 cambiamos de gobierno, con la llegada de Fernando De la Rúa las variables se descontrolaron y todo terminó en la crisis del año 2001.
El gran porrazo
. – El gobierno de la alianza no generaba confianza, en octubre del año 2001 la pobreza llegaba al 46% de la población y, pasado el diciembre negro, se espiralizaría a niveles del 66%. La Argentina nunca vivió un momento tan difícil como esos años, no había contención social, la clase media perdió lo que había logrado. Durante muchos años no se cambiaron los autos, algunos perdieron empleo y sus propios negocios, también su clase social. Sus hijos cambiaron de escuela y se mudaron de barrio, algunos probaron suerte en el interior del país, otros se acercaron a buscar trabajo a la Capital Federal, comienza la súper población del conurbano, allí se estaba mal, pero en las provincias estaba mucho peor.
¿Cómo salimos de esa crisis?
. – El gobierno de Néstor Kirchner y Cristina Fernández logró una mejora sustancial en materia económica, empujado por una suba en el precio de las materias primas, congelamiento de tarifas (ayudado por la inversión que se había realizado en los 90), reestructuración de la deuda pública y una ayuda social muy grande. La clase media argentina se duplicó entre los años 2002 y 2013.
Esto era Disneylandia
. – Correcto, vivimos la época de oro de la soja, aumento de retenciones, ingresos fiscales que subían por el ascensor, poca inversión en obra pública y alta distribución de los ingresos, aumentaron las jubilaciones, se pensionaron muchos ciudadanos sin aportes, llegó la asignación universal por hijo, los planes trabajar se extendieron por mucho tiempo. Una vez más, el clima social mejoraba.
¡Qué bueno!, me imagino que aprendimos de lo que sucedió en los 90
. – Para nada, en el año 2008 dimos una pésima señal estatizando las AFJP, allí comenzó el drenaje de dólares al exterior, en el año 2011, por primera vez, pusimos el cepo, atrasamos el tipo de cambio y congelamos tarifas.
Otra vez sopa
. – Correcto, pero la clase media argentina disfrutó de un tipo de cambio bajo, volvimos a viajar a todos los países del mundo que se nos dio la gana, nuestros padres viajaron en la década del 90 y nosotros, desde 2010 en adelante, con precios muy bajos, financiamiento en cuotas y tarjetas de créditos nos comprábamos lo que queríamos en el exterior. En Argentina el dólar tenía dos cotizaciones, la informal, que era el dólar que la clase media usaba para ahorrar, y el formal que era muy bajo, este era el dólar que se utilizaba para comprar los pasajes. Muy pocos argentinos hacían turismo interno, fueron los años en que las sierras de Córdoba, la costa atlántica y muchos otros lugares de veraneo quedaron en el olvido. Entre los años 2008 y 2011 el gasto de los argentinos en viajes al exterior se ubicó en U$S 8.797 millones, entre los años 2012 y 2015 se gastaron en viajes al exterior U$S 27.753 millones. En los dos mandatos de Cristina Kirchner en turismo al exterior se fueron U$S 36.550 millones.
¿Cuánto estaba la pobreza cuando se fue Cristina?
. – En torno del 30%, pero la clase media era muy importante, había mucho crédito, tarifas bajas, el precio de las materias primas era muy bueno, pero había déficit fiscal, la inflación rondaba el 25% anual y se comenzaba a notar que el plan económico tendría que reformularse.
La clase media trae a Mauricio Macri presidente
. – Correcto, lejos de querer hacer el ajuste, el nuevo presidente da rienda suelta a la alegría, levanta el cepo, dólar barato para todos y esperar una lluvia de inversiones. Entre los años 2016 y 2017 la clase media argentina vuelve a vivir un fuerte empuje, si bien la inflación sigue en torno del 25% anual, el tipo de cambio bajo y las buenas financiaciones siguen permitiendo que los argentinos viajen al exterior. Entre los años 2016 y 2019 los gastos en viajes al exterior totalizaron U$S 33.796 millones, en solo un período se fueron al exterior casi la misma cantidad de dólares que durante 8 años de Cristina Fernández de Kirchner.
¿Qué sucedió con la clase media?
. – Todo se derrumbó en el año 2018. Argentina sufrió una sequía durísima, le cortan el crédito en el exterior, el primer golpe fue una suba del dólar de $ 17 a $ 25, parecía que allí se terminaba todo, pero un nuevo derrumbe lo llevó a niveles de $ 40,0, la inflación en el año 2018 se ubicó en el 47,6% anual, para el año 2019 el gobierno pierde las PASO, el dólar pasó de $ 40 a $ 60 y la inflación se espiralizó a 53,9% anual.
¿Qué sucedió socialmente?
. – Otra vez se ve golpeada la clase media, la pobreza que Mauricio Macri tenía en el 30,3% en el año 2016, subió al 32,0% en el año 2018 y al 35,5% en el año 2019. La clase media sufrió muchísimo los dos últimos años de Mauricio Macri, tal es así que pierde las elecciones y el país apuesta nuevamente por un gobierno peronista. Había quedado en la retina la Argentina disneylandia de 2008 al 2015, en donde se atrasaron las tarifas y el tipo de cambio, se otorgaron subsidios, jubilaciones y pensiones, que era un reparto de fondos acumulados en los años 2003 a 2008 pero que no se podían sostener en el tiempo.
¿La clase media vivió mejor?
. – Entre los años 2008 y 2015 se jubilaron tantos abuelos que las familias dejaron de pasarle dinero a sus padres y tenían más dinero para sus propias necesidades, ya sea buscar la casa propia, comprarse un auto en cuotas, viajar o destinarlo a esparcimiento. A partir del año 2016 en adelante, los dos primeros años de Mauricio Macri casi fueron una continuidad, se esperaba que la lluvia de dólares disimulara el ajuste que inevitablemente se debía realizar, la clase media no lo sabía, pero está en tiempo de descuento.
Desde 2018 en adelante vamos para abajo
. – Luego de 2 años muy malos bajo el gobierno de Mauricio Macri renace la esperanza en el año 2019 con Alberto Fernández presidente. La pandemia, que comienza en el año 2020, terminó con todos los sueños de la clase media argentina, la pobreza pasó de 35,5% en el año 2019, al 40,6% en el año 2021. Nadie sabe a ciencia cierta si este número es real, la sensación térmica es que es mucho peor. Otra vez muchos miembros de la clase media argentina perdieron su condición social, sus hijos dejaron colegios privados, ya no se cambia el auto cada dos años, hay solo un auto en cada casa, los arreglos se demoran y las fachadas de las propiedades lucen despintadas. El club de sus amores ya no es tan visitado, la cuota social luce elevada, y los viajes al exterior son solo un lindo recuerdo.
¿Cómo ves el futuro?
. – Complejo, hay muchos ciudadanos que perdieron su clase social, Argentina fue un país en donde era prácticamente normal viajar al exterior, entre los años 2008 y 2019 se fueron U$S 70.346 millones, si a esto le sumamos que en los 90 también era común viajar al exterior, casi que los viajes son un derecho adquirido para la clase media argentina. Hoy sin trabajo, con sueldos que pierden contra la inflación, con un cambio de expectativas muy grande, el descontento social, la grieta y el mal humor hacen que el país esté triste, la gente irritada y hasta los medios entran en esa grieta social.
Conclusión del entrevistador
La clase media argentina está malhumorada, cuando mira para atrás ve que pasó lo mejor de su vida, para adelante solo le queda sacrificio, esfuerzo y que los viajes al exterior quedarán en el olvido. ¿Habremos vivido por encima de nuestras posibilidades y no nos dimos cuenta? Hoy nuestros hijos quieren vivir en el exterior, tal vez allí se den cuenta que lo vivido entre 2008 y 2017 fue solo una fantasía, los países crecen invirtiendo y trabajando, dejando divisas en el exterior no parece el camino adecuado. El dolor de que nuestros hijos no puedan cumplir sus sueños en nuestro país es grande, sin embargo, hay pocos que todavía lo creen posible.