Mientras la coyuntura global y local se modifica a pasos agigantados, los precios de los granos cayeron abruptamente mientras que los de insumos no tanto. En el transcurso de los meses muchas decisiones de compras y ventas fueron tomadas y, con una campaña 21/22 casi concluida en el aspecto productivo, y una 22/23 arrancando, veamos como los evaluarlas.
En el cuadro tenemos un resumen de costos y precios de la 21/22 y 22/23, analicemos los tres cultivos, según costos y rendimientos correspondientes al Sur de Santa Fe y zona núcleo.
SOJA: En mayo del año pasado, el precio futuro a cosecha 21/22 era de U$S 316/TN, muy inferior al precio realmente alcanzado este año y a los precios futuros para la 22/23, a pesar de las recientes bajas. Pero los costos de la 21/22 se presentan inferiores a los de la 22/23, debido a la suba de precios en Dólares de muchos insumos, fertilizantes y algunos herbicidas principalmente. Estos altos costos, a pesar del potencial pago con granos a más precio, se traduce en mayor volumen de soja a vender para cancelarlos, así, el costo de implantación para la 21/22 se pagaba con 7,2 quintales de soja, mientras hoy la 22/23 necesita de 8,5 quintales para ser implantada. En la medida que los precios de los granos sigan bajando, se necesitará más quintales de soja para saldar los costos de implantación. A modo de ejemplo, tomamos la Urea, por ser uno de los fertilizantes más usados, para profundizar en la relación insumo/producto, es decir, cuanto producto, en este caso soja, se necesita para pagar el insumo. Vemos que, en mayo del año pasado, con 15 quintales de soja al futuro mayo 22, se pagaba una tonelada de urea, mientras a mayo de este año, se necesitaba exactamente el doble, por la suba de precios de la urea, muy superior a la suba de precios de la soja. Las bajas de los fertilizantes dadas en las últimas semanas, junto a las bajas de precios de los granos, logran disminuir levemente la relación insumo/producto, de 30 quintales de soja al precio de mayo 23, ahora se necesitan 25 quintales, pero sigue siendo muy superior a los 15 quintales del año pasado.
MAÍZ: Al igual que en soja, los precios logrados en la 21/22 fueron muy superiores a los futuros del año pasado, y también los proyectados para la 22/23 los superan, pero, sin embargo, el fuerte aumento en los costos de implantación, en quintales de maíz por hectárea, así como una duplicación en la relación insumo/producto con la urea, que bajó levemente en julio, pero no a los niveles del año pasado, erosionan la rentabilidad de este cultivo.
ü TRIGO: Precios excepcionales para trigo este año, así como los futuros para la 22/23, que siguen sin ser suficientes para diluir los excepcionales costos de implantación, ni evitar el crecimiento de la relación insumo/producto, al igual que lo observado en soja y maíz.
Conclusiones: El año pasado nos encontró con precios futuros mejores a lo que veníamos acostumbrados, y relaciones de costos de implantación altas para maíz y trigo, pero no al nivel que alcanzaron este año. Muchas compras realizadas el año pasado, a precios hoy considerados bajos, lograron una relación insumo/producto mucho mejor a las alcanzadas este año con precios récord. Si bien algunos insumos, fertilizantes, recibieron bajas en las últimas semanas, estas no se reflejarán en bajas significativas de los costos de implantación, que se sostendrán en niveles altos para la mayoría de los insumos y servicios de siembra y protección de cultivos.
Así como conocemos que a nivel país se ha vendido con precio el 86% de trigo, 50% de maíz y 26% de soja 21/22, es fundamental evaluar las proporciones vendidas con precio o con coberturas de precios de cada agro empresa, y las proporciones de insumos 22/23 comprados para cada cultivo. En caso de contar con gran nivel de algún grano 21/22 sin precio, así como de insumos 22/23 sin comprar, tenemos una guía rápida de las próximas decisiones a tomar, en la medida que los precios recuperen algo de valor, y puedan cerrarse compras de insumos.
Por último, conocer los precios promedio de venta alcanzados hasta ahora para la 21/22, así como las relaciones de compra/venta (insumo/producto) logradas para la campaña que finalizó y la entrante 22/23, permite lograr una autoevaluación a la gestión comercial de ambas campañas, y motivarnos a avanzar en la toma de decisiones, en lugar de quedar paralizados observando como el escenario cambia frente a nosotros, y en algunos casos nos obliga a decidir, no siempre con las mejores relaciones para lograr rentabilidad. Pongamos los números a la vista, las proporciones a consideración, y la realidad como la oportunidad de avanzar en la toma de decisiones.
Por Marianela De Emilio | INTA Las Rosas y Docente AgroEducación