Marianela De Emilio – INTA Las Rosas | Especial para Agroeducación
El trigo, cereal que ha mantenido cierta independencia respecto a los mercados de energéticos, y fuerte vínculo con la alimentación básica humana, lo que se vio en las subas de precios internacionales, en medio de una crisis económica mundial. A nivel local, la siembra avanza, con el clima que escasea en lluvias, y recorta la superficie de siembra estimada.
Según el Concejo Internacional de Granos (IGC), la producción mundial de trigo 20/21 se proyecta en 767,6 millones de toneladas, casi 6 millones de toneladas más que la producción 19/20. Mientras el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), proyecta una producción 20/21 de 773,4 millones de toneladas, casi 6 millones de toneladas por encima de las estimaciones de la IGC, y 1,2% por encima de la producción del año pasado. Ambos organismos proyectan un mayor consumo respecto de la campaña pasada, pero inferior al aumento en la producción, lo que deja una sensación bajista para el mercado internacional de trigo 20/21.
Dado que Argentina exporta aproximadamente el 70% del maíz que produce, es válido repasar que son 7 los orígenes que concentran el 91% de los volúmenes exportados, siendo Rusia el que exporta la mayor cantidad, 36 millones de toneladas proyectadas para la 20/21, y Argentina, en el séptimo puesto, con 15 millones de toneladas a exportar, según el USDA. Estados Unidos y la Unión Europea, pierden protagonismo frente a Rusia.
Veamos un aspecto fundamental para quienes tienen que comprar y vender, se trata de la fortaleza de la moneda de los países que realizan las transacciones. En los gráficos vemos como se han movido los tipos de cambio de las monedas de Rusia, la Unión Europea, Brasil y Argentina, respecto al Dólar estadounidense:
El efecto cuarentena impactó en la mayoría de las monedas con devaluación respecto al Dólar, y revaluación una vez pasado el cimbronazo de marzo-mayo. En el caso de Rusia, el Rublo quedó un escalón más arriba de lo que estuvo en 2019, mientras el Euro, por el contrario, se encuentra un escalón más abajo. Significa que, en el caso de Rusia, cada Dólar rinde más cantidad de Rublos que el año pasado, es decir que son más competitivos para vender, y la Unión Europea, por el contrario, muestran un Euro menos competitivo este año, y podría ser una de las razones por las que Rusia gana mercado de exportación a Europa.
Brasil, como comprador de trigo, ante la devaluación sufrida este año, lleva al Real un escalón más arriba que en 2019, por lo que les será más caro comprar este año respecto al año pasado en el mercado exportador, necesita más Reales para comprar un Dólar. Se observa que nuestro país sostiene un movimiento devaluatorio del PESO argentino muy diferente al de las otras tres monedas analizadas, con una devaluación controlada, pierde competitividad exportadora en la medida que la devaluación se retrasa, en el caso específico de Brasil, el año pasado con un Real compraban más de $ 14/R$, mientras ahora cada Real rinde hasta $ 13,3/R$, es decir que, el retraso cambiario de Argentina, encarece el trigo para uno de nuestros principales clientes.
En cuanto al Dólar estadounidense, luego de picos de bajas y subas en marzo, se ha estabilizado en valores por debajo de 100, que le otorga cierta debilidad, y aporta competitividad exportadora.
En este juego de monedas, ganará quien logre un tipo de cambio que permita posicionarse en el mundo con un trigo más barato para ofrecer.
Por otro lado, la demanda mundial de trigo, entrando al segundo semestre del 2020, con una economía que decrece por el efecto pandemia, al ser un alimento de la canasta básica mundial, podría ser ajustada a la suba, en la medida que el consumo resigne proteínas y priorice alimentos con base en harinas, de menor costo.
A nivel local, las últimas dos semanas han sido de ajustar la superficie de siembra de trigo 20/21, que pasó de 6,7 millones de hectáreas a 6,5 millones, es decir que, potencialmente hay 600 mil toneladas menos de trigo para la 20/21, y aún falta más del 30% de la superficie por sembrar, con escazas reservas de agua en el perfil de suelos de muchas áreas productivas.
El contexto macroeconómico local no ofrece previsibilidad, y el tipo de cambio puede seguir quitando competitividad exportadora o revertirse, pero, si la demanda sigue firme y se sostienen las proyecciones de exportaciones, con menor potencial de cosecha 20/21, los actuales precios futuros locales, de U$S 165-170/TN, son muy bajos, y no son suficientes para tomar y/o cubrir valor.
Conclusiones: A nivel internacional, se espera una buena producción 20/21. El Hemisferio Norte se encuentra en plena cosecha y casi está asegurada en los volúmenes proyectados, mientras tanto, el Rublo ruso devaluado y el Dólar estadounidense con menos fuerza, dan competitividad exportadora a estos dos países. El precio actual en Chicago es de U$S 180/TN, cualquier punto extra que aumente la demanda, será suficiente para sostener los precios internacionales a la suba.
A nivel local, la incertidumbre productiva, sumado a precios bajos, no invitan a cubrir precios de trigo 20/21, por el contrario, necesitamos seguir de cerca la evolución de los cultivos, y los movimientos internacionales de precios, que se traducirán en mejor oferta local de precios desde diciembre 2020 en adelante. En este contexto, U$S 170/TN se convierte en un piso y hay que esperar. El camino a seguir por el trigo 20/21 recién empieza, posiblemente no se logren picos como los del año pasado, pero si se espera un sustento en buen nivel de precios internacionales, que se traduzcan en mejores ofertas para el trigo local.