Por Salvador Di Stefano | Analista Económico y Director de AgroEducación
El dólar soja traerá como consecuencia más inflación y devaluación. La estabilidad se logra con una mejora fiscal, cae demanda de dinero y depósitos en U$S.
Las reservas del Banco Central están en niveles mínimos, en breve llegarían U$S 1.200 millones de dólares del Banco Interamericano de Desarrollo para fortalecerlas, si a esto le sumamos los dólares que podrían ingresar por exportaciones la máxima aspiración del gobierno es que las reservas lleguen a los U$S 40.000 millones.
El stock de reservas al 31 de agosto se ubica en U$S 36.642 millones, dentro de las reservas hay un swap chino por 130.000 millones de yuanes, en los últimos tiempos la cotización del yuan paso de 6,30 a 7,0 por dólar, por este motivo se perdieron reservas por U$S 2.000 millones aproximadamente, el problema es que el yuan tiene perspectivas de que siga devaluándose.
Se necesita urgente que el gobierno fortalezca las reservas, por eso se instauró el dólar soja, claro que el gobierno desconoce los avatares del mercado internacional. El stock de soja en el mundo rondaría los 90 millones de toneladas, en Argentina entre lo que queda de la campaña actual y anteriores, habría unos 30 millones de toneladas guardadas, esto implica que Argentina tiene el 33,3% del stock mundial. Si hay una alta venta de soja en Argentina la cotización cederá a nivel internacional, y el beneficio de vender soja a $ 200 se diluirá rápidamente.
Antes del beneficio de dólar a $ 200 la soja cotizaba en $ 53.000 la tonelada, con el beneficio el productor podría vender a $ 75.000 la tonelada. Se hicieron pocas operaciones a dicho precio, al día de ayer la oferta de soja fue tan importante que quien venda ya recibe $ 69.000 la tonelada. Según nuestra perspectiva el precio de la soja seguirá bajando.
Algo distinto ocurre con el maíz, antes del dólar soja valía U$S 233,50 y ahora U$S 236,50 la tonelada. Esto nos muestra que en el mercado hay vasos comunicantes, el que vende soja no venderá maíz, pronto veremos los efectos en el mercado del trigo.
Como está subiendo el maíz, esto impactara en los costos de la leche, pollo, cerdos, vacunos y otros. La suba de costos no implica aumento de precios, los precios se fijan en el mercado, pero un aumento de costos puede modificar a mediano plazo la oferta de productos, y si la demanda se mantiene constante, bingo, la suba de precios está asegurada.
El mundo no nos sonríe la tasa en Estados Unidos a 10 años se ubica en el 3,3% anual, su nivel más elevado en 5 años. La tasa de corto plazo en Estados Unidos se ubica en el 2,5% anual y podría elevarse al 3,25% en la próxima reunión del 21 de setiembre. En el día de hoy se reúne el directorio del Banco central europeo, la tasa podría pasar del 0,5% al 0,75% anual. El diferencial de tasas es muy importante, el dólar se sigue revaluando y cotiza a una paridad de 1 a 1 con el euro.
Europa recibe al invierno en días, Rusia corto el suministro de gas, esto implica que las industrias europeas no podrán trabajar a plena capacidad, la recesión mundial se avecina, y asoman los tiempos de menos actividad. Estados Unidos está mejor parado ante el escenario de recesión mundial, tiene petróleo y gas, pero una inflación muy elevada la complica desde hace tiempo, el mundo no es el mismo que el vimos ante del Covid.
Argentina
El ministro de economía se entusiasma con la política de incentivos a la exportación vía tipos de cambios alternativos. Hoy contamos con una familia de dólares tan amplia que es promiscua. Tenemos dólar soja, maíz, trigo, tecno, minero, turista, comercial, financiero entre tantos otros. Si esta es la salida, ¿Por qué el mundo y los países latinoamericanos serios tienen un solo dólar? Creo que tomamos el camino equivocado.
En el mercado descuentan que se venderán cerca de U$S 5.000 millones en soja y que esto engrosara las reservas, lo que no están contando es que por cada dólar que ingresa deben emitir pesos para para pagarle al productor, y lo más probable es que esos pesos vayan a comprar dólares alternativos al mercado.
El dólar tendría que tener un precio objetivo de $ 300 aproximadamente, hoy cotiza a $ 272,4 es un precio de ganga para un escenario económico local e internacional tan inestable.
El peso no goza de buena reputación en el mercado, y los bancos no logran seducir a los clientes que dejen esos pesos en sus entidades. En los últimos 12 meses los agregados monetarios denominados M2 (que incluye cuenta corriente y caja de ahorro) creció el 62,3% cuando la inflación rondaría el 76% anual, la menor demanda de pesos en la economía se sentirá con mayor inflación y un aumento en el tipo de cambio. Los depósitos en dólares del sector privado se ubican en U$S 14.534 millones, menos del 3% del PBI y caen el 11,5% en un año.
Los plazos fijos en pesos al 31 de agosto se ubican en $ 5.406.009 millones, representa el 8,0% del PBI y crece en un año el 81,0%, mientras que los depósitos a plazo fijo UVA suman $ 399.663 millones, representan el 0,6% del PBI y crecen el 116% en un año. El total de los depósitos a plazo fijo es del 8,6% del PBI, nivel muy bajo para impulsar una reactivación económica en el país. El ahorro ha sido destruido por la política de tasas de interés que corren por detrás de la tasa de inflación.
Si el gobierno persiste en tener tasas de interés negativas para el ahorrista, lo que lograra es que el sistema financiero no sea una polea de transmisión para una recuperación económica.
Los créditos para la inversión productiva están en tasas del 69,0% anual para capital de trabajo, esto implica una tasa efectiva del 95,6% anual, más que una ayuda estos créditos son un salvavidas de plomo. Si bien un 30% lo podremos deducir de ganancias y nos quedaría una tasa del 67,0% anual, es un flujo de fondos muy oneroso frente a una inflación que podría rondar el 100% anual. Estos créditos ya no son una ganga.
Conclusiones
El gobierno difícilmente pueda lograr engrosar sus reservas a un mayor ritmo de lo que aumentan sus pasivos monetarios, por ende, seguimos pensando que los dólares alternativos estarán a la suba.
La inflación de agosto rondaría el 6% anual, esto asegura una nueva suba de tasa y el encarecimiento de los créditos al sector productivo, ya no es una ganga tomar financiamiento, y podríamos comprometeré la liquidez de las empresas. Con la próxima suba de tasas los créditos podrían ubicarse en una tasa efectiva superior al 100% anual, recesión a la vista.
Los depósitos en dólares siguen migrando del sistema, mientras que cae la demanda de pesos en el mercado, esto nos asegura un aumento de la tasa de inflación.
El dólar soja no es la solución para aumentar las reservas, genera altas distorsiones en el mercado. El mercado de productos agropecuarios tiene vasos comunicantes, si el productor vende soja, no vende maíz y esto impactara en la inflación.
Se abrió un gran conflicto entre los dueños de los campos y quienes alquilan, ya que se activaron los pagos de alquileres en el mes de setiembre, es tan desprolijo el Estado y han estudiado tan poco el problema, que tuvieron que sacar una aclaración que indica que el dólar soja no opera para operaciones tales como pago de alquileres, compra de peletes y/o harina de consumo animal, alimentos balanceados u otras operaciones que no sean netas de exportación. El conflicto continuará a pesar de las aclaraciones, cuidado con los actores que han vendido mercadería y se cubrieron en el futuro, agárrate del pincel que el gobierno te saco la escalera.
Como siempre ocurre, el ministro de economía hizo un gran aporte a la confusión general con el dólar soja, no lograra incrementar las reservas, distorsiono el mercado de soja, complico a los actores de la cadena, puso una oferta de mercadería que impacto en los mercados mundiales, y en breve tendremos un precio de la soja que estaría por debajo del que teníamos antes del lanzamiento del programa. En resumen, el programa fue un fiasco. Todos los caminos conducen al dólar que cotizando debajo de $ 300 es una ganga.
Por Salvador Di Stefano | Analista Económico y Director de AgroEducación