Por Ignacio Iriarte | Analista Mercado Ganadero
El precio de la categoría en moneda extranjera está 21% por debajo del promedio 1997/2022. El gran problema es dónde ponerlos y qué hacer con ellos.
En el período 1997/2022, el precio del ternero de invernada (entre 180 a 200 kilos) en dólares libres promedió U$S 1,37 por kilo vivo, con un mínimo de 35 centavos de dólar en junio de 2002 –después de la megadevaluación– y un máximo de U$S 3,03 por kilo en septiembre de 2011, a la salida de la liquidación 2007/2010.
El último valor destacado se registró en noviembre del 2017, al cotizar el ternero a U$S 2,53 por kilo. En marzo de 2022, el ternero valía U$S 1,88 por kilo, para caer a lo largo del año hasta U$S 1,08 por kilo en la actualidad.
En un reciente seminario un asesor financiero recomendó a los productores liquidar inversiones en dólares o en bonos y comprar terneros, cuyo precio –advertía– estaba muy atrasado tanto en pesos como en dólares. El moderador de la reunión le preguntó si sabía dónde poner los terneros una vez adquiridos, a lo que el consultor en inversiones reconoció que “era el punto débil de la propuesta”.
CHINA, UN CAOS
El mercado chino, que en noviembre absorbió el 82% de las exportaciones argentinas, presenta un panorama cada vez más complejo. Cuando se flexibilizó totalmente la política de Covid-19 “0″, hace más de tres semanas, se especuló que el nuevo período de “convivencia” con el virus iba a dar lugar a una recuperación tanto de la actividad económica como de la demanda por carne vacuna.
Pero la sub-variante del Omicron que hoy prevalece en China es mucho más contagiosa –y menos letal– que todo lo conocido hasta ahora; sólo en los primeros 20 días de flexibilización de la política anti Covid se han contagiado del virus 250 millones de personas, calculándose que el número de nuevos contagios superaría las 35 millones de personas por día.
Se estima que pasado el año nuevo lunar chino, el 80% de la población podría haberse contagiado.
Los tiempos se están acelerando. Una proporción enorme de la población se está enfermando, calculando las agencias de noticias occidentales que el número de muertos -por ahora bajo- superaría los 5000 casos diarios. El sistema de salud pública está colapsado. Nadie esperaba una revisión tan drástica de la política Covid-19 “0″, y nadie esperaba la explosiva cantidad de casos que se está registrando.
Las importaciones chinas de carne vacuna, si bien se ubican por debajo de los récords de agosto pasado (270 mil toneladas), siguen en niveles muy altos: en noviembre totalizaron las 250 mil toneladas, acumulando en el período mayo-noviembre 1,75 millones de toneladas, 33% más que en igual período del 2021.
Los precios de importación han bajado un 30-35% con respecto a mayo-junio últimos, y no se espera una recuperación importante de los valores hasta marzo-abril.
En la última semana los precios pagados por los importadores chinos parecen haber tocado un piso, insinuando una leve recuperación.
Si bien las exportaciones del Mercosur a China han bajado en los últimos cuatro meses, el volumen embarcado al gigante asiático sigue siendo muy alto. Brasil, que tiene una faena 10% más alta que el año previo, sigue exportando grandes volúmenes excedentes a China (98 mil toneladas en diciembre), con precios muy bajos o incluso con valores a fijar, conducta que no están en condiciones de seguir los exportadores argentinos o uruguayos.
El fulminante avance de los casos de Covid-19 en China, con cientos de millones de personas que ya se han enfermado y curado en menos de un mes, hace pensar a algunos analistas que la recuperación de la actividad económica puede darse antes de lo esperado. Hoy todo es caos, y los importadores muestran una actitud muy cautelosa a la hora de comprar carne.
Por Ignacio Iriarte | Analista Mercado Ganadero