Diego Palomeque – Agroeducación | ESPECIAL PARA AGROEDUCACIÓN
Las elecciones primarias del 11 de Agosto encuentran al agro argentino con casi 7 millones de hectáreas de trigo ya sembradas; la superficie récord se explica desde variables que nada tiene que ver con la política doméstica: humedad en el perfil, razonable umbral de precios, necesidad de rotar gramíneas y oleaginosas dándole sustentabilidad al planteo agrícola, mas la buena experiencia del trigo en la campaña anterior, que invita a replicar la historia.
La posibilidad de un cambio de signo político si eso fuera una posibilidad, de pronto invitará al productor a cerrar márgenes a través de ponerle precio a buena parte de su trigo como una forma concreta de fijar alícuota de Derechos de Exportación, cubriéndose de cualquier hipótesis de suba de éste retrógrado impuesto que deprime los precios de venta domésticos.
Pero no alterará su decisión de entrar sobre Setiembre próximo al inicio de la siembra de los cultivos de verano renovando su decisión de sembrar la tierra, asumir riesgos, tomar deuda, y todo lo que sea menester hacer para construir desarrollo para nuestra Nación.
Me resultó muy curioso, cuando se hizo público el Acuerdo Unión Europea – Mercosur semanas atrás, ver a los agricultores franceses protestando por tal acuerdo. Creo que el productor argentino no podría haber recibido mejor piropo: países centrales que subsidian su agricultura temerosos de tener reglas de juego comunes con agricultores de un país que grava con Retenciones su producción primaria. Algo así como que el lobo proteste por tener las mismas reglas de juego para competir que las gallinas. Se sabe, los productores argentinos son reconocidos como “primus inter pares” a nivel mundial por la eficiencia de su trabajo, sus standares de producción, y por sobreponerse a cuanto obstáculo fue plantado en el camino por la autoridad de turno.
Hemos sido testigos ésta semana en el Congreso de AAPRESID de las celebraciones por los 30 años de los albores de la Siembra Directa. Gauchos que, convencidos de la necesidad de cambiar los paradigmas de la producción para hacerla sustentable y ambientalmente mas amigable, entre otras cosas hasta diseñaron sus propias maquinarias para iniciar la revolución que implicó la siembra directa como praxis conservacionista del suelo.
También ésta misma semana hemos sido testigos de la aprobación por parte del USDA del evento HB4 en Soja, de resistencia a sequía y salinidad de suelos. Evento nacido en la Pampa Húmeda, donde la investigación científica aplicada a cultivos de interés agronómico tiene en Bioceres a su mejor exponente. Por ahí no lo estamos viendo aún, pero estamos hablando que Argentina será país exportador de conocimiento científico incorporado en una semilla para mejorar performance de producción en ambientes donde la agricultura pueda encontrar restricciones por coyuntura climática o estructura de los suelos. Participación del agro argentino en la Economía del Conocimiento.
Habiendo cerrado la campaña récord 2018/2019 con 147 millones de toneladas de producción – récord absoluto desde que la agricultura es agricultura en Argentina- el hombre de campo se apresta bajo cualquier escenario político a repetir ésta historia, consolidando los 150 millones de toneladas de producción para luego ir a la búsqueda de los 200 millones de toneladas que no debieran tardar muchos años mas en llegar.
No es lo mismo Pato que Gallareta, estamos de acuerdo. No es lo mismo tener un Gobierno que apoye el desarrollo del agro y la agroindustria con reglas de juego claras y estables que un Gobierno que bajo cualquier slogan falaz (“defender la mesa de los argentinos” , “que el estado cumpla su rol redistributivo del ingreso”, y demás etcéteras que sólo son palabras huecas atrás de la necesidad política de hacer caja con la producción de granos) llene de dificultades el camino retrasando el irreversible camino de desarrollo del agro argentino.
Suceda lo que suceda con el recambio presidencial, el hombre de campo argentino seguirá sembrando. Porque la coyuntura necesariamente pasará , y lo esencial permance. Y las dificultades que vienen desde quien debiera apoyar, se convierten en anécdotas para la bitácora una vez que los productores las pasen por arriba “como alambre caído”.
Al hombre de campo argentino, generador de desarrollo, verdadera razón atrás de la cual se puebla el interior rural de nuestra Patria, al que convive con los numerosos riesgos de la actividad sin nunca perder la fe en lo que hace, todo nuestro respeto. Las elecciones pasarán , el futuro ayudará mas , ayudará menos, o pondrá trabas en el camino, pero el agricultor argentino…posiblemente el mejor del mundo…. seguirá sembrando.
Diego Palomeque – Director Académico de Agroeducación | Docente de Agroeducacion