Julio es el mes clave para definición de rendimiento de maíz y soja en Estados Unidos, por lo que el mercado internacional de granos suele mostrar fuertes saltos de precios al alza o baja, según se presenten peores o mejores condiciones climáticas para los cultivos. Además, este año, el primer mes del segundo semestre trajo fuertes movimientos políticos en nuestro país, que se tradujeron en fuertes saltos cambiarios, en respuesta a los indicadores macroeconómicos observados por el mercado. Veamos como considerar estos dos fuegos que impactan sobre el precio de los granos y su rendimiento en poder de compra de cada liquidación.
El clima del Norte: Estados Unidos, con maíz y soja entrando en floración en 15% y 32% de la superficie sembrada respectivamente, mira expectante los pronósticos y reservas de agua en el perfil de suelo de los principales estados productores. Se esperan lluvias para los próximos días en el centro y sudeste de las planicies estadounidenses, pero también se espera que continúe la ola de calor en gran parte del centro y oeste de Estados Unidos, con pocas o nulas lluvias y altas temperaturas, que podrían beneficiar a cultivos en etapa inicial de desarrollo, pero dañar a otros en floración, por alto stress térmico.
Las próximas dos semanas son claves para gran proporción del maíz y soja estadounidense, y para el mercado mundial de granos, considerando que Estados Unidos es el principal productor y exportador mundial de estos dos granos en el Hemisferio Norte. Clima adverso representa recorte de potenciales rendimientos, que, según el informe de Oferta y Demanda mundial de granos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos de julio, no ocurriría en maíz y apenas sería recortado en soja, según las proyecciones iniciales para la 22/23. Si el clima no fuera adverso al punto de afectar rendimientos, y la cosecha se afianzara en los volúmenes proyectados por el USDA, los precios seguirían presionados a la baja, sobre todo considerando la desaceleración de la demanda de exportaciones, y, un cada vez más cercano acuerdo entre Rusia y Ucrania, para retomar las exportaciones de trigo y maíz desde el Mar Negro.
El clima del norte entonces aún no es alcista del todo, salvo que muestre amenaza de daño las próximas dos semanas, mientras el clima geopolítico baja la temperatura, y los precios responden en baja.
La macro del Sur: Justo cuando los precios internacionales comienzan su camino de retorno a niveles más bajos, importantes cambios en el gabinete del poder ejecutivo argentino agregan incertidumbre a los mercados locales, mientras los indicadores macroeconómicos siguen mostrando la fragilidad de nuestra economía. La foto de la macroeconomía argentina muestra que la inflación nacional medida por el INDEC, acumula 64% anual hasta el pasado junio 22, mientras la tasa de interés del BCRA ofrece 53% anual, y la tasa devaluatoria según el tipo de cambio oficial resulta en 33,3% anual. Así, se sostiene una devaluación oficial inferior a la tasa de interés, y una tasa de interés inferior a la inflación, camino que aleja a las inversiones para el desarrollo, y pone a los capitales en busca de refugios para resguardar valor.
Un indicador de esto es la brecha cambiaria entre el tipo de cambio oficial y el del Dólar bolsa o MEP, que creció por encima de 100% las últimas dos semanas. En el gráfico se observa cómo, luego de sostener la brecha Mayorista/MEP en torno a 70% entre marzo y junio 2022, alcanza un máximo de 128% llegando a mitad de julio.
Considerando que la actividad agrícola se desarrolla en torno al Dólar oficial, donde las liquidaciones de granos se realizan al tipo de cambio Dólar mayorista, pero que, si se desea resguardar valor en moneda extranjera, el mecanismo de acceso es a través de Dólar MEP o similares, o bien, a la hora de afrontar costos de estructura, de servicios, etc., se realiza a los niveles de inflación mencionados, puede decirse que, conforme aumenta la brecha cambiaria y se sostiene una tasa devaluatoria que es casi la mitad que la inflación, el rendimiento de cada tonelada vendida en términos de poder adquisitivo, será la mitad que lo expresado por los valores que reflejan las pizarras.
Para poner un ejemplo práctico, una tonelada de soja la semana pasada valía $46.800, equivalente a U$S 370 a tipo de cambio oficial, y U$S 173 a tipo de cambio MEP, es decir, se alcanza a comprar menos del 50% de los Dólares que dice valer la soja. Pero además, hoy, la tonelada de soja vale $48.690, mostrando una suba de $1.890, que, al tipo de cambio oficial resulta en U$S 380, mostrando una suba de U$S 10, pero al tipo de cambio MEP esta tonelada vale U$S 171, es decir U$S -2 menos que la semana pasada, esto último se explica, debido a que la brecha cambiaria la semana pasada era de 114% y esta semana es de 128%, con lo que más PESOS compran menos Dólares MEP.
Terminemos el análisis con la capacidad de pago de los Dólares oficiales en transporte de carga, según costo de flete el año pasado a estas fechas y en la actualidad. Un flete a 200 kilómetros costaba en junio 2021 un valor equivalente a U$S 21 a tipo de cambio oficial, hoy, para recorrer la misma distancia, el costo es de U$S 26,4, casi 26% más alto en Dólares. El mismo ejercicio podría hacerse con muchas otras variables que atraviesan la producción, para llegar a las mismas conclusiones, el atraso cambiario y la incertidumbre local, destruyen valor.
Conclusiones: Las bajas internacionales recortan el rendimiento de las ventas por quitar precio a los granos, las subas de brecha cambiaria recortan rendimiento a las ventas por quitar capacidad de compra de cada Dólar oficial liquidado, a la hora de traducirlo en compra de bienes y servicios atravesados por la macroeconomía local. La gestión comercial atada a mecanismos financieros que protejan valor, es el desafío de conocer esta realidad, que puede traer, clima mediante, más bajas de precios internacionales, o macroeconomía mediante, menor poder adquisitivo de cada Dólar oficial liquidado en las ventas.
Por Marianela De Emilio | INTA Las Rosas y Docente AgroEducación