Inflación y devaluación acelerando
La tasa de inflación está viajando a un ritmo superior al 4% mensual. Si en el segundo trimestre repite este comportamiento, deberíamos esperar una inflación mayor al 60% anual. La tasa de devaluación se está acelerando a un ritmo del 40% anual, no alcanza, pero ayuda. La tasa de interés en el 44,5% anual es una amenaza al crecimiento.
En lo que va del mes de marzo las reservas se mantienen en igual nivel que a fines de febrero, se ubican en U$S 37.019 millones, la inflación minorista se espiralizó a la suba, en 12 meses se ubica en el 52,3%, la inflación mayorista trepó al 46,8% anual, la tasa de política monetaria subió al 44,5% anual y la tasa de plazo fijo está en el 43,5% anual. La tasa de cambio está aumentando en el mes de marzo a un ritmo del 40,6% anual. El Banco Central comienza a alinear los planetas.
Argentina está siendo favorecida por una apreciación en las monedas de la región, el peso chileno, uruguayo, colombiano, mexicano, sol peruano y el real se han revaluado en el último mes, esto ayuda y mucho a la competitividad.
La tasa de retorno de los bonos de tesorería americano a 10 años se ubica en el 2,42% anual, la curva de tasas en Estados Unidos se está aplanando, la tasa a 3 años está en igual nivel que la tasa a 10 años, esto preanuncia un escenario recesivo para la primera economía del mundo y una probable suba de tasas de corto plazo.
Las materias primas muestran una gran mejora, pero cuidado, mientras que los precios de la soja, el maíz y el trigo crecieron, hay que tener en cuenta que sus costos aumentaron en igual proporción y que las materias primas que importamos, como el gas, lo hizo en forma exponencial. En este contexto resulta imposible compensar las mayores erogaciones en gas con el aumento en el ingreso de dólares de la exportación de materias primas agrícolas.
El gobierno y el campo no están pasando por un buen momento, la presión tributaria que enfrenta el productor es asfixiante, la única forma de hacerse sentir es postergando ventas, es lo que veremos en los próximos meses. Quienes proyecten un ingreso de divisas equivalente a lo cosechado se están equivocando, se venderá mucho menos y los dólares que falten serán un dólar de cabeza para el gobierno.
En el sector de la carne se vive una crisis que no estaba en los planes del gobierno. Las restricciones a la exportación de carne hicieron que bajara considerablemente la faena, que impactó en el mercado externo y el interno, los precios de la carne subieron ante una menor oferta en el mercado local. Solo el criador tiene buenos números, el engordador a corral pierde dinero y cada vez hay menos oferta en el mercado.
El mercado del pollo sufre una crisis similar al vacuno, el costo del maíz es elevadísimo, la oferta de carne aviar solo se vuelca al mercado interno, no tenemos un buen precio para exportar, algo similar ocurre con el porcino, en síntesis, los mercados están saturados y la rentabilidad no aparece en el horizonte. Crisis en puerta.
El gobierno para combatir la inflación solo sabe de reprimir acciones empresariales, imponer regulaciones, cerrar ventas al exterior e imponer precios cuidados. Nadie habla en el gobierno de producir mayores cantidades, bajar costos unitarios, generar un clima de negocios que permita expandir las ventas en el mercado interno y tener un precio atractivo para vender en el exterior. El gobierno solo piensa en buscar chivos expiatorios para culparlos del problema, en este contexto emerge su escasa capacidad para resolver el problema inflacionario.
Esta semana se conoció el resultado fiscal del gobierno, en los últimos 12 meses los números parecen más acomodados, los ingresos suben el 74% y los gastos el 52%, se achicaron los déficits que venimos arrastrando desde la pandemia, pero estamos lejos de mostrar un resultado positivo. El déficit fiscal suma U$S 21.520 millones en los últimos 12 meses.
Conclusiones
. – Venimos viajando con una inflación en torno del 4% mensual, nada parece indicar que podamos bajar esta velocidad. Todo efecto externo nos llevará inevitablemente a superar este valor. En febrero la suba estuvo dada por la ola de calor que afectó al sector alimentos y en especial a los estacionales. Para marzo tendremos el impacto de la suba de materias primas producto del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, a lo que le tendremos que agregar la suba de tarifas y combustibles. Es probable que otra vez superemos holgadamente el 4,0%.
. – El desafío para el gobierno es tratar de que la inflación del segundo trimestre del año sea inferior a la del primer trimestre. Una repetición de estos guarismos sería una catástrofe, ya que elevaría la expectativa de inflación a niveles superiores al 60% anual.
. – El gobierno subió la tasa de política monetaria del 38% al 40% anual el 6 de enero del año 2022, 75 días más tarde la tasa se ubica en el 44,5% anual, subió 6,5% en menos de 90 días, esto cambió el mapa de financiamiento en todo el país. Las empresas están viendo cortes de líneas y tasas más elevadas, habrá que trabajar con capital propio y el que no pueda deberá relegar su mercado a las empresas más sólidas.
. – Paralelamente está aumentando el ritmo de devaluación, en lo que va del año el peso se devaluó el 7,1%, esta tasa proyecta una devaluación anual del 32,0%, podría elevarse a niveles superiores al 40% anual.
. – En este escenario los dólares alternativos no tienen chances de seguir a la suba, el aumento de la tasa de interés está recreando un escenario de iliquidez, la falta de efectivo es el peor enemigo para los dólares alternativos. En este contexto es difícil una escalada del valor del dólar blue.
. – Argentina está próxima a recibir un desembolso del FMI de U$S 9.729 millones y durante este año recibiría otros U$S 20.000 millones de otros organismos internacionales para financiar el déficit fiscal, también se espera la llegada de U$S 3.000 millones de un swap chino, a esto hay que sumarle un ingreso importante de dólares por inversiones en empresas de servicios financieros, minería, gas y petróleo. En los meses de abril a junio se liquida una suma importante de exportaciones agropecuarias que, por su carácter estacional, suman el importe más alto del año. En resumen, estamos en las puertas del mayor ingreso de dólares del año, desde septiembre de 2022 a marzo de 2023 se jugará otro partido con escaso ingreso de dólares, pero eso en Argentina es el largo plazo.
. – La economía no muestra una caída de la actividad económica, sin embargo, el faltante de dólares está afectando a muchos sectores, los altos niveles de inflación no permiten niveles adecuados de rentabilidad y para los meses que vienen el financiamiento será escaso y caro. La primera mitad del año deberíamos sobrellevarla sin preocupaciones, sin embargo, las internas en la coalición de gobierno se están empeñando en empalidecer lo que debería ser un semestre positivo para el gobierno.
Por Salvador Di Stefano | Analista Económico y Director de AgroEducación