Por Marianela De Emilio, Ing. Agr. Msc. Agronegocios – INTA Las Rosas
La influencia del evento llamado “La Niña” por tercer año consecutivo en Argentina, toma dimensiones de desastre natural, por ser una de las sequías más prolongadas de la historia, con efectos sobre el campo, Argentina y el mundo, algo dispares entre sí. Hay preguntas que tienen respuestas cada vez más certeras, dialogar con el problema es necesario para dimensionarlo y buscar soluciones a la misma medida.
¿Qué es el evento “La Niña”?
Se denomina así al evento climático que ocurre a causa del enfriamiento de la franja ecuatorial del Océano Pacífico, que resulta en lluvias menores a lo normal, causando sequía de mayor o menor severidad sobre regiones de Sudamérica.
¿A quién afecta?
La sequía que causa el evento “La Niña” afecta la producción agropecuaria en primer lugar, y luego provoca un efecto cascada sobre las actividades ligadas directa o indirectamente a la producción primaria y todas las actividades socioeconómicas de una región, país o conjunto de países.
¿Cómo impacta un tercer evento consecutivo de “La Niña” sobre la cosecha agrícola argentina?
Dado que es el tercer año en el que llueve menos que lo normal en gran parte de Argentina, cada año los cultivos han tomado del suelo reservas de agua almacenada, dejando cada temporada seca menos reservas para la siguiente. Basta con ver los mapas de sequía elaborados por la mesa nacional de sequía, del mes de noviembre en los años 2020, 2021 y 2022, para conocer la dimensión de la severidad de esta sequía comparado con los dos años anteriores.
Esto resultó en que la primavera del 2022 llegó con cero reservas de humedad en muchas regiones, que tuvieron que postergar la siembra de los cultivos de verano, a la espera de lluvias que llegaron muy tarde. El retraso de siembra llevo a que a mediados de noviembre 2022 se avanzara sobre 12% de la superficie proyectada para la siembra de soja y menos de 24% de maíz, comparado con un año de lluvias normales, cuyo nivel de siembra para esas fechas es más del 30% de soja y más del 45% del maíz. Esto aumentó las siembras en fechas tardías, y en algunos casos, las siembras tempranas tuvieron que volver a sembrarse, por lotes completamente secos. Los atrasos de siembra por los atrasos de las lluvias, recortan el potencial productivo de los cultivos y exponen a los mismos a condiciones desfavorables hacia el final de su ciclo, como heladas tempranas cuando el cultivo esté próximo a cosechar.
Otro gran impacto de la sequía sobre la producción agrícola, ocurrió cuando gran parte de los cultivos sembrados, atravesaron la etapa en la que definen rendimientos, llamada período crítico del cultivo, en condiciones de sequía extremas, lo que resulta en un nivel de afectación irreversible de rendimientos, independientemente de las lluvias que lleguen más tarde.
¿Cuánto del efecto de la sequía puede revertirse por lluvias?
Las Bolsas de Cereales del país, el INTA, la Oficina de Riesgo Agropecuario, asociaciones de productores y organismos privados, hacen seguimientos semanales del estado de los cultivos, a través de los que puede inferirse cuanto del mal estado de los cultivos, evoluciona positivamente luego de lluvias recibidas. Un ejemplo de estos seguimientos son los gráficos publicados semanalmente por la Bolsa de Cereales de Bs As, que explican el porcentaje de superficie nacional de cultivos que se encuentran en condiciones excelentes, normales y regular a malas. Se observa como la proporción de superficie de soja y maíz en condiciones regulares a malas disminuyen notablemente y aumenta la superficie en condiciones buenas a excelentes desde el 19 de enero al 09 de febrero, tres semanas en las que hubo lluvias que revirtieron parcialmente el panorama productivo.
Se dice que revierte parcialmente el panorama de sequía ya que aún hay gran superficie de soja y maíz que se encuentra en condiciones regulares a malas, en soja esa superficie pasó de ser 60% al 19 de enero 2023, a 48% el 9 de febrero, y en maíz paso de 47% a 34%. Si las lluvias continuaran, posiblemente el porcentaje de superficie en condiciones normales y buenas a excelentes continuaría aumentando y la superficie en condiciones malas a regulares disminuyendo, pero los pronósticos siguen sin ser óptimos, y aún hay gran parte del territorio nacional que sufre de sequía severa, como puede verse en el mapa elaborado por la mesa de sequía en febrero 2023, que muestra toda la provincia de Santa Fe, y parte de Buenos Aires, Córdoba, Santiago del Estero, Chaco, Corrientes y Entre Ríos, en sequía severa. Por otro lado, aún si las lluvias fueran abundantes, hay una proporción de suelos y cultivos que no se recuperará completamente, por el impacto de la sequía durante el momento de definición de rendimientos, como se explicó anteriormente.
¿Cuánto afecta la sequía al campo?
El año pasado, segundo año de sequía, en Argentina se cosecharon, según la Bolsa de Comercio de Rosario, 42,2 millones de toneladas de soja, 51 millones de maíz y 23 millones de trigo. Este año, tercer año de sequía, se cosecharon, según informa este organismo, 11,5 millones de toneladas de trigo, y proyecta una cosecha de 34,5 millones de toneladas de soja y 42,5 de maíz. Dado que la cosecha de trigo ha finalizado, puede afirmarse que se ha perdido el 50% de la producción, comparado con la cosecha del año pasado, y, de sostenerse las proyecciones actuales de la BCR, se perderían 18% de soja y casi 17% de maíz. Las proyecciones pueden cambiar según la evolución del clima, pero siempre el resultado será un menor nivel de cosecha, lo que resulta en pérdidas para el campo, que dejará al sector con escasez de liquidez y respaldo financiero, para seguir desarrollando la actividad. Las medidas de rescate que hasta ahora se han desarrollado desde el gobierno para productores afectados por sequía, aún deben ser revisadas para conocer la proporción del problema que abordan, en función del alcance y eficiencia con la que llegarían a quienes deben seguir produciendo, luego de una tercera sequía consecutiva.
¿Cuánto afecta el efecto sequía del campo a la Argentina?
El menor volumen de cosecha que provoca la sequía por el efecto “La Niña” disminuye el volumen de materias primas disponibles para el consumo interno y para la exportación. Menor disposición para el consumo interno causa suba de precios a lo largo de toda la cadena de valor de los agro alimentos, con el efecto inflacionario que ello significa, y menor disposición de materia prima para exportar resulta en menor ingreso de divisas al país, lo que presiona a más debilidad del PESO afectando su ritmo devaluatorio frente al Dólar. Es decir, el recorte de cosecha impacta sobre las variables macroeconómicas que afectan a todo el país, y, dado que no es posible crear granos donde no los hay, será necesario abordar esta realidad con planes que ofrezcan financiar las necesidades actuales y demanden eficiencia para cumplir con las obligaciones de pago que estos generan. Dado que Argentina no cuenta con buena presencia crediticia en el mundo, con un riesgo país que en general se ubica en el segundo puesto de los países latinoamericanos más riesgosos para invertir, esta situación de pérdida de recursos genuinos, la cosecha, deja al país más vulnerable y con un gran desafío para el corto plazo, administrar con eficiencia la escasez.
¿Cuánto afecta el efecto del campo argentino al mundo?
Argentina como exportador de materias primas, se ubica como tercer exportador mundial de granos de soja, primer exportador de harina y aceite de soja, tercer exportador de maíz y sexto de trigo. Esto podría mostrar que el efecto de menor cosecha de Argentina podría impactar en el mundo, por menor disponibilidad de materias primas para exportar, sin embargo, el rol protagónico de Argentina en la exportación disminuye, principalmente por la competencia que genera Brasil con su acelerado crecimiento en producción y productividad, supliendo con creces la menor oferta de Argentina. Brasil ocupa el primer puesto como exportador de granos de soja en el mundo, el segundo como exportador de harina y aceite, el primero como exportador mundial de maíz, y no figura en el ranking exportador de trigo, pero avanza en la producción local de este cereal, para depender cada vez menos de las importaciones. Las proyecciones de cosecha muestran que Argentina produciría en 2023 de 8 a 12 millones de toneladas menos de soja que el año pasado, mientras Brasil proyecta cosechar 27 millones más que el año pasado, Argentina proyecta una cosecha de maíz de 8 a 16 millones de toneladas por debajo de la cosecha del 2022, y Brasil espera aumentar la suya en casi 11 millones. Así, la menor cosecha argentina, no representa para el mundo un riesgo de falta de provisión de materias primas, por lo que los precios internacionales no tienen motivos para subir a pesar de nuestra sequía.
¿Por qué es un problema si la sequía afecta a la Argentina y no al mundo?
La sequía que afecta al país, por menores cantidades de cosecha, no gozará de precios internacionales en suba, porque el mundo proyecta estar suficientemente abastecido para el presente 2023, esto trae un doble golpe a la Argentina, una mala cosecha, con menores volúmenes para exportar y un mercado internacional en baja, así el ingreso de divisas de la exportación estará afectado por menor cantidad y menor precio.
Conclusiones: El evento “La Niña” en su tercera temporada, afecta a la producción agrícola con menores cosechas, afecta a la Argentina por menor disponibilidad de materias primas para el consumo interno y la exportación, lo que tracciona sobre la inflación y devaluación local. Pero la sequía de Argentina no afecta al mundo con la misma gravedad, por estar abastecido con otros proveedores internacionales de granos, lo que significa que no estará dispuesto a pagar más precio por el grano argentino. El desafío que enfrenta nuestro país atraviesa a las esferas del gobierno, a las instituciones, a las empresas y a la sociedad, y exige ser sabios administrando recursos escasos. Lección que no se aprende, lección que se repite, ese es el mayor riesgo de no hacer lo correcto, y la consecuencia es no avanzar hacia el desarrollo del país.
Por Marianela De Emilio, Ing. Agr. Msc. Agronegocios – INTA Las Rosas