Por Ignacio Iriarte | Analista Mercado Ganadero
Cae la oferta ganadera, pero más cae la demanda de exportación y del consumo interno, por lo que los precios se reducen semana a semana en términos reales.
En abril, y de acuerdo a los envíos a faena (DTE) la faena se habría reducido a unas 50 mil cabezas diarias promedio, contra unas 53,8 mil cabezas promedio de los primeros tres meses del corriente año (-7%) y 62 mil animales diarios (-19%) de abril del año pasado, en plena liquidación, a causa de la seca.
La exportación en las últimas semanas ha levantado el pie del acelerador: los números –en especial en el negocio con China, que lleva el 78% de nuestras ventas– no cierran, y cuanto más se trabaja más se pierde.
Muchas plantas han reducido las faenas, y otras han paralizado sus actividades. Han subido los precios de la hacienda, de los salarios, de la energía y de los combustibles, y el atraso cambiario –que no se revertiría en el corto plazo– les quita competitividad.
Además, al retirarse temporariamente los rabinos, una veintena de plantas han dejado de faenar para Israel. Se siente la menor presión de la exportación sobre novillos y vacas.
En cuanto al consumo, que en abril habría caído a sólo 43 kilos per cápita (equivalente anual), no muestra ninguna reacción, pese a que la disponibilidad de carne vacuna para el mercado doméstico es la más baja en casi un siglo.
En cualquier otro momento de la historia, una disponibilidad tan baja hubiese provocado una explosión en los precios de todo el mercado. Es probable que en los próximos meses, con la baja de la inflación y la recuperación gradual de los ingresos reales, mejore la demanda del consumo.
Con una relación carne/grano favorable, se está encerrando mucha hacienda, especialmente en los feedlots oportunistas o caseros, por lo que se teme que a partir de junio-julio la oferta de ganado liviano exceda las necesidades del consumo interno.
Propiedad de la hacienda: tendencia a la concentración
De acuerdo con la “Estratificación de los establecimientos con Existencias Ganaderas” del Sistema Integrado de Gestión de Sanidad Animal (Sigsa), el número de animales en rodeos con menos de 700 cabezas en diciembre de 2023 significaba el 49% del total. Mientras que a fines de 2012, es decir, 11 años atrás, ese estrato participaba con el 58% del total ganadero.
Es decir, el stock ganadero en rodeos de más de 700 cabezas era en 2012 el 42% del total, mientras que a diciembre último esa participación era del 51%, lo que revelaría cierta tendencia a la concentración en la propiedad de la hacienda.
Hace 11 años el estrato de menos de 100 cabezas significaba el 13% del stock nacional, mientras que en diciembre del 2023 esa participación había caído al 7%.
La vaquillona preñada, su precio en dólares en los últimos 10 años
En los últimos 10 años (2014-2023) el precio de una vaquillona negra con garantía de preñez promedió los U$S 620 libres por cabeza, por lo que el valor actual de esta categoría, unos U$S 700 libres por animal se ubicaría un 13% por encima del promedio de dicho período.
En la última década, el mínimo se registra en mayo del 2020, con U$S 343 –con una cotización del dólar libre muy alta– y el máximo en abril del 2016, con unos U$S 917 por vaquillona.
Si se toma la serie desde el 1998, se observa un mínimo de U$S 130 en marzo de 2022, a la salida de la convertibilidad, y un máximo en septiembre del 2011, a la salida de la liquidación, con U$S 1.200 por vaquillona preñada.
En cuanto al precio del ternero negro de invernada (180-200 kilos), también en dólares libres, hoy cotiza a U$S 2,10 por kilo. Registra un valor promedio de U$S 1,64 en los últimos diez años (2014-2023). El mínimo de la última década se da en mayo de 2020, con U$S 0,84 por kilo, y el máximo en noviembre del 2017, con U$S 2,33 por kilo.
Por Ignacio Iriarte | Analista Mercado Ganadero