Por Marianela De Emilio, Ing. Agr. Msc. Agronegocios – INTA Las Rosas
¿Por qué importa lo que ocurre en las regiones agropecuarias del país?
Porque nos alimentamos de lo que esta zona produce y porque 65% de las divisas que ingresan al país, vienen del sector agroindustrial.
¿Por qué importan los granos como trigo, soja y maíz?
Porque de los granos salen alimentos que consumimos y alimentos que consumen animales que producen carne, leche y huevos, y porque de la exportación de estos tres granos y sus derivados de primer procesamiento (granos, harinas y aceites), procede el 42% de las divisas que ingresan al país.
¿Qué pasa con la sequía?
El balance climático de Argentina resulta en un tercer año consecutivo de sequía, con el impacto que esto causa a nivel productivo, económico y social. Especialistas que pertenecen a siete institutos nacionales vinculados al clima, entre ellos INTA, INA, SMN, conformaron la “Mesa Nacional de Monitoreo de Sequía” desde 2019, y emiten mensualmente informes que resumen el estado de sequía del país. El último emitido, publicado a principios de enero 2023, habló de que 63% del país atraviesa sequía, y dentro de la superficie afectada, 17% corresponde a sequía severa, ubicada en el centro del país, la zona más productiva, que abarca gran parte de Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes y Buenos Aires. Estas zonas vienen con más de un año de sufrir efectos por lluvias inferiores a lo normal.
¿Qué pasa con las lluvias de las últimas jornadas?
El agua ingresada a gran parte del territorio afectado por sequía, permite que muchos cultivos salgan del mal estado en el que estaban y renueva la esperanza de recuperar lo que aún no tiene daños irreversibles. Hasta la semana pasada 99% de la soja estaba sembrada y 63% de la superficie estaba en condiciones regulares a malas, puede ocurrir que, a partir de estas lluvias, aumente la proporción de superficie en estado bueno a óptimo, aunque mucha superficie de ese 63% ha sufrido daños que recortaran el potencial de rendimiento de manera irreversible. En cuanto al maíz, 94% de la superficie proyectada para este año, casi -8% inferior a la del año pasado, ya está sembrada, y quedan los últimos días de la ventana de fechas de siembra, para incorporar los últimos lotes de producción. En cuanto al estado de los cultivos, casi un cuarto del área sembrada corresponde a lotes de maíz temprano, los que más sufrieron el efecto de la sequía, que resultó en plantas enanas con espigas apenas de un tercio del tamaño normal. El maíz tardío, más de 75% de la superficie sembrada, avanzará con los beneficios de estas lluvias, y dependerá de que estas se regularicen durante febrero, y las temperaturas acompañen durante el momento de floración, para expresar buenos a normales rendimientos.
¿Este es un momento bisagra?
Un momento bisagra es cuando se produce un cambio que impacta en el rumbo de los acontecimientos, y es lo que ocurre en este caso, causando lo inverso del dicho “siempre que llovió paro”, podría decirse “siempre que hubo sequía llovió”, marcando estas lluvias el rompimiento de un patrón de sequía que agobiaba cultivos, pasturas, animales, pueblos y ciudades. Este momento bisagra o punto de inflexión, permite recalcular el rumbo de la cosecha 22/23, afectada irreversiblemente en una proporción de superficie y parcialmente en otra.
Es un momento bisagra climático, que coincide, pero no del todo, con el momento bisagra de los cultivos de verano, llamado período crítico, en el que los cultivos determinan rendimientos en función de su genética y el ambiente en el que se encuentran.
El maíz atraviesa su período crítico dos semanas antes y dos semanas después de su floración, por lo que, como se dijo más arriba, los maíces tempranos, que pasaron su período crítico en plena sequía, no lograran mejorar su expectativa de rendimiento, solo tal vez mejorar el llenado de los granos que lograron formarse. El maíz tardío, que aún resta superficie para sembrar, recibe estas lluvias con apenas 3% de la superficie en floración, lo que permite proyectar mejoras en la determinación de rendimientos a partir de este momento bisagra.
La soja atraviesa el período crítico durante la floración, y más específicamente, durante la formación de vainas, lo que le da más flexibilidad para atravesar momentos adversos en estados previos a la floración o inicios de floración, con posibilidades de que las lluvias salgan al rescate y permitan diferenciar mayor número de vainas que contienen los granos. Al momento en que inician las lluvias, tercera y cuarta semana de enero 2023, más del 50% de la soja estaba en floración, pero muy baja proporción de superficie estaba en formación de vainas, lo que permite mejorar la proyección de cosecha sobre la soja 22/23. Los daños irreversibles en soja se relacionan con el crecimiento de la planta, dado que las vainas se ubican en los nudos de los tallos, y la sequía afecto el crecimiento inicial de la soja, dejando plantas enanas, con bajo número de nudos, por tanto, la formación de vainas podrá compensar parcialmente la menor cantidad de nudos, pero no podrá ofrecer rendimientos que podrían ofrecer plantas con alturas y cantidad de nudos normales.
¿Qué consecuencias habrá por las lluvias en los mercados?
Tanto el mercado de Chicago, mercado de referencia estadounidense, como el MATBA-ROFEX, mercado de referencia local, mostraron bajas desde las lluvias de las últimas dos semanas en Argentina, que fueron más fuertes para soja y mucho más leves para maíz. Las bajas más importantes se dieron en los precios futuros de la cosecha 22/23 sudamericana, el futuro de soja mayo 2023 bajo casi U$S -33/TN, pasando de U$S 411,7 a 379/TN, mientras el futuro para maíz temprano, abril 2023, luego de algunas bajas, vuelve a posicionarse por encima de U$S 260/TN, marcando que no hay cambios para la escasa cosecha esperada hacia esas fechas. En cuanto a maíz tardío, el futuro julio 2023 recortó las últimas dos semanas U$S -5/TN, pasando de U$S 240 a 235/TN. Como se observa es soja el cultivo que más recortes muestra, con expectativas de mayor recuperación post lluvias.
¿Qué consecuencias habrá por los recortes productivos?
El informe de la semana pasada desglosa las proyecciones de volúmenes y precios de la cosecha 22/23, en términos de divisas de la exportación, con fuerte recorte respecto a las ingresadas en 2022. Además del efecto sequía sobre las exportaciones, a nivel local, la menor cantidad de cosecha, se sumará a una cadena de procesos castigados por la sequía, como la menor cantidad de pasturas, muerte de ganado, y una recuperación post lluvias, que necesitara mayores precios para convalidar las menores cantidades, con el efecto inflacionario que esto suma, y fuentes de financiación para afrontar con menores cosechas las inversiones necesarias para continuar los ciclos productivos de los agro alimentos.
Conclusiones:
ü Las lluvias marcan un momento bisagra, que llega a los cultivos en un momento más o menos oportuno, según el momento bisagra (período crítico) en que los encuentre, lo que ocurre hoy a campo, se verá mañana en los rendimientos, cosecha mediante.
ü Los mercados acompañan las lluvias con bajas internacionales y locales, y la soja es el principal protagonista de recortes de precios.
ü Surgen algunas preguntas entonces ¿Habrá compensación de rendimientos por las lluvias y compensación de precios por menores rendimientos? En caso que así no fuera ¿Cuánto necesita un agricultor para afrontar una nueva siembra luego de una mala cosecha?
ü Pero también deben hacerse otras preguntas ¿Cuánto necesita un ganadero para recuperar stock de animales en producción? Y ¿Cuánto necesita el argentino de a pie para suplir sus necesidades de la canasta básica alimentaria?
ü Son algunas de las preguntas que deberán ser contestadas en simultaneo, a través de propuestas que direccionen hacia una macroeconomía menos disruptiva.
Por Marianela De Emilio, Ing. Agr. Msc. Agronegocios – INTA Las Rosas