No es el dólar estupido, son los impuestos
Por Salvador Di Stefano | Director de AgroEducación
El gobierno devaluó el peso pensando que ayudaba al campo, pero lo hundió subiendo derechos de exportación. Estos pibes no pisaron nunca el campo.
El gobierno nacional decreto un aumento de las retenciones al campo, una más para coronar el presupuesto de la campaña 2022/24 a perdida. Lo raro es que autoridades del gobierno se jactan de una devaluación del peso, que al campo lejos de generarle ganancias, le reporta perdidas.
¿Me explicas el negocio de la soja?
Para explicar el negocio de la soja tenemos que decir que por el lado de los ingresos tenemos el valor de los productos y el tipo de cambio, la soja por ejemplo vale U$S 314 a mayo del año 2024, mientras que el tipo de cambio hoy vale $ 843,4.
Tomamos el precio de la soja mayo para poder tener claridad sobre el valor que tendremos a cosecha, que se produce en el mes de mayo. El dólar lo tomamos a valor hoy porque tenemos una formula especial que consta de un precio del dólar que es un blend, ya que es una combinación de un dólar comercial en un 80% y un dólar contado con liquidación al 20%.
Por el lado de los gastos tenemos los costos directos que suman U$S 295 que son productos cuyo precio del dólar se fija combinando el dólar comercial y un tributo denominado impuesto país que lleva al valor del dólar a $ 940,6. Los gastos de comercialización suman U$S 213, mientras que los gastos de cosecha U$S 100, en todos los casos los valores representan costos por hectárea. A esto hay que agregarle los gastos de estructura que son los inherentes a las erogaciones necesarias para llevar el negocio adelante, desde el pago a los contadores, impuestos sin contar pago de impuesto a las ganancias, profesionales y empleados, salario del producto, más todos los gastos de movilidad, amortización, seguros y reparaciones. Los gastos de estructura lo contabilizamos en U$S 15 dólares por hectárea por mes, lo que implican U$S 180 al año.
Aquí tenemos que realizar la primera apreciación, el dólar que fija los ingresos es de $ 843,4, mientras el que fija los costos es de $ 940,6. Recordemos que los camiones, maquinarias, tractores, camionetas y otros rodados que se utilizan tienen mayoritariamente componentes importados que se fijan con el dólar de $ 940,6.
Hasta aquí, en un campo de zona núcleo con un rinde de 4 toneladas de soja por hectárea tenemos un ingreso de U$S 1.256, mientras que el conjunto de gastos suma U$S 789, esto te da una ganancia bruta de U$S 467 por hectárea.
Si la nota culminaría aquí sería un golazo, pero no es así, el 70% del campo que se trabaja en argentina es alquilado, un alquiler de una hectárea equivale a 17 quintales o 1,7 toneladas de soja, lo que implica una erogación de U$S 534.
Esto nos deja como resultado final una pérdida de U$S 66 para la campaña 2023/24. Nunca un gobierno ha sido tan oportuno a la hora de subir las retenciones.
¿Qué pasa con el maíz?
Para que no parezca una cuenta capciosa, hemos analizado que sucede si sembramos maíz. En zona núcleo el rinde puede alcanzar 11 toneladas en un muy buen campo. El precio a abril del año 2024 es de U$S 184, con lo cual por hectárea suma U$S 2.024. En este caso también se toma un dólar de $ 843,4 que está por debajo del dólar que fija los costos que se ubica en $ 940,6.
Los costos directos del maíz por hectárea suman U$S 600, los gastos de comercialización 557, cosecha U$S 162 y estructura U$S 180, esto suma U$S 1.499 por hectárea.
Hasta aquí se gana U$S 525 por hectárea, pero….., todo en la vida tiene un pero, hay que descontar el alquiler del campo que suma U$S 534 (surge de contabilizar 1,7 toneladas de soja al valor mayo 2024), en este caso el resultado es una pérdida de U$S 9.
Conclusiones
. – En el campo los alquileres se pagan en soja, por lo tanto, no importa el precio del dólar, lo que importa es que rendimiento obtenes por hectárea. En el caso de sembrar soja el alquiler te lleva el 42,5% de la producción, y en caso de hacer maíz el 26,4% de la producción.
. – Los ingresos del campo se fijan con un tipo de cambio inferior ($ 843,4) que el tipo de cambio de los productos importados que están en el costo de un productor ($ 940).
. – Los impuestos que el productor paga son abusivos, paga derechos de exportación por el equivalente al 33% de lo que produce, y en el caso del maíz el 15% de lo que produce. Con estos impuestos que afectan directamente los ingresos es prácticamente imposible llevar el negocio adelante. En Estados Unidos sin que existan estos impuestos, el maíz da perdida, y la soja no llega a ganar el 10% del dinero invertido.
. – El hombre de campo trabaja con dólares que lo fija el gobierno, mientras que el dólar de verdad que es el dólar MEP vale $ 1.037 que es un 27% superior al dólar blend con el que se fija el precio de la exportación de soja y maíz y se ubica en $ 843,4. Tenemos una brecha del 27% del dólar real.
. – Si miramos el caso de la soja el alquiler se lleva el 42,5% de los ingresos y los derechos de exportación el 33,0%, esto explica el 75,5% de los ingresos. ¿No será mucho?
. – Si miramos el caso del maíz el alquiler se lleva el 26,4% de los ingresos del negocio, mientras que las retenciones el 15%, esto explica el 41,4% de los ingresos del negocio. ¿No será mucho?
. – Se aplicaron retenciones a muchas economías regionales, están hundiendo a los que producen legumbres, entre otros. Cuanto más regional, los derechos de exportación más afectan y te sacan del negocio.
. – Como podemos apreciar, la única forma de que el gobierno ayude al campo es bajando los impuestos. La devaluación no mejora el negocio, solo produce licuación de pasivos a los que trabajan con deuda, y empobrece al pueblo argentino.
. – Sería bueno que nadie repita que la devaluación es un buen negocio, ya que representa la decadencia de la gestión de la casta en el Estado. El campo necesita que le bajen impuestos, el resto es todo cháchara. No es la devaluación, estúpido. Hay que bajar derechos de exportación.
Por Salvador Di Stefano | Director de AgroEducación
Curso de Postgrado en Agronegocios