Por Ignacio Iriarte I Analista del Mercado de Carnes
China hace meses viene enfrentando una masiva liquidación de cerdos. La explosiva recuperación de la producción de carne porcina, con un crecimiento del 36 por ciento en el tercer trimestre, trajo como consecuencia una debacle de los precios de los animales vivos, que valen hoy la mitad que su valor de equilibrio: se estima una pérdida de 190 dólares por cabeza terminada.
En otras palabras: el mercado está saturado de carne porcina y se están registrando las pérdidas por animal más altas de la historia. Las compañías de genética porcina y las megaempresas criadoras recientemente fundadas enfrentan caídas récords de su valor de capitalización en la Bolsa.
El proceso de liquidación de planteles de cría está en curso y hasta que no se termine, lo que sucedería recién después del año nuevo lunar, los precios del cerdo no se van a recuperar.
Esta fuerte caída de las cotizaciones y los menores volúmenes importados afectan seriamente la cadena porcina, tanto en Estados Unidos como en Europa, que en los últimos dos años se habían concentrado en abastecer parte de las 20 millones de toneladas que le faltaban al gigante asiático.
Para 2022, el Usda proyecta una caída de seis millones de toneladas en la producción china de carne porcina, porque estima que en algún momento la sobreoferta se reducirá. Así, el año cerraría con importaciones por 4,75 millones de toneladas, el triple que en 2017, antes que estallara la crisis de la peste porcina africana.
LA VACA, POR OTRO CAMINO
Sin embargo, hace tiempo que los analistas vienen destacando que esta crisis de superproducción de carne porcina no está afectando al mercado importador de carne vacuna, producto cuyo consumo y aceptación ha seguido creciendo a lo largo de los últimos años, pese a que el precio de la carne de cerdo ya cayó 55 por ciento desde enero.
Como muestra, en septiembre último, mientras las importaciones de cortes de cerdos siguieron retrocediendo, las compras al exterior de carne vacuna por parte de China fueron de 221 mil toneladas. Es un volumen un 23 por ciento más alto que el de igual mes del año pasado, y el segundo registro mensual más alto de la historia.
El monto de lo importado en septiembre fue de 1.330 millones de dólares. Y hay un dato que se destaca negativo para Argentina: medido en valor, Estados Unidos ya desplazó a nuestro país en el segundo lugar del ranking de proveedores del gigante asiático.
China, que según el Usda en el 2017 importó 900 mil toneladas de carne vacuna y que en el 2021 compraría tres millones de toneladas, el año próximo seguiría aumentando, hasta 3,25 millones de toneladas.
De la mano del proceso de urbanización de la población rural, del crecimiento de la clase media y de la occidentalización de los hábitos alimentarios, se proyecta que el consumo de carne vacuna, que es hoy de sólo siete kilos per cápita por año, continúe creciendo sostenidamente en los próximos años. Según un reciente documento de la FAO, para el 2030 el consumo de carne vacuna en China llegaría a los 10 kilos.