Por Ignacio Iriarte | Analista Mercado Ganadero
Si no se reduce significativamente la oferta, es difícil que tanto el consumo como la exportación estén en condiciones de impulsar una suba importante del ganado en términos reales.
Los precios de la hacienda y de la carne vacuna están en marcado retroceso en términos reales, contribuyendo a la baja de la inflación que impulsa el Gobierno.
Se observa también un consumo interno limitado por la caída de los ingresos disponibles de gran parte de la sociedad y por el atraso cambiario, que limita el efecto de la notable demanda internacional sobre el precio doméstico de la carne y de la hacienda.
La oferta ganadera ya no es tan baja como hace unos meses y empieza a aparecer un importante volumen de hacienda liviana proveniente de los feedlots, flujo que se mantendrá por lo menos hasta fin de año.
Si no se reduce significativamente la oferta, es difícil que tanto el consumo como la exportación estén en condiciones de impulsar una suba importante del ganado en términos reales. Pero el precio del novillo se sigue atrasando y el día que pegue la vuelta, no va a avisar.
Rentabilidad
Fuerte caída de la rentabilidad de la cría, que se aleja cada vez más de los máximos históricos registrados a mediados del 2022.
Según el Boletín de Resultados Económicos Ganaderos, que desde 2012 publica en forma trimestral la Secretaría de Agricultura, el “Modelo de Cría Mejorado” de la Cuenca del Salado presentaba a agosto último un resultado neto de $ 167 mil por hectárea, que a moneda constante resulta un 15% más bajo que un año atrás y un 2,1% inferior a la rentabilidad promedio para el mes de agosto del período 2012-2023.
La rentabilidad que muestra hoy este modelo (450 has, 410 vacas, 80% de destete) es la octava en orden de importancia para los últimos 12 años para el mes de agosto.
El resultado económico a agosto último está determinado por ingresos por ventas de hacienda que se ubican un 1,8% por debajo del período 2012-2023, para el mes de agosto, y un costo total de producción que resulta un 1% inferior al promedio de dicho período. En la serie 2012-2024, la rentabilidad presenta un máximo en agosto del 2022, con $ 240 mil por hectárea (a plata de hoy), y un mínimo en agosto de 2018, con $ 83 mil por hectárea.
Entre los ingresos, la venta anual de terneros machos a agosto del 2024 resulta a moneda constante un 6,1% inferior al promedio de los años 2012-2023, mientras que el importe por venta de vacas (gorda y conserva) resultó un 6% superior al promedio de los años en estudio, lo que se puede interpretar como reflejo del “efecto China” sobre el valor de las vacas.
El gasto en personal de agosto se ubica un 4,8% por debajo del promedio de los años 2012-23; y el gasto en sanidad, un 10% por encima del promedio de ese periodo.
Comparando los números de este modelo a agosto del 2024 en relación con agosto del 2023, se puede observar que los ingresos por venta de hacienda, a moneda constante, han caído un 11%, mientras que los costos de producción han caído un 9% durante el último año.
El resultado neto por hectárea en los últimos 12 meses se ha reducido un 15%, mientras que la rentabilidad sobre el capital total invertido, que en agosto último era del 4,9%, hace un año era también del 4,9%.
Los resultados económicos de la cría han venido empeorando de manera constante en los últimos dos años y la rentabilidad actual se ubica por debajo de los registros de hace un año, cuando estábamos en plena seca, con una abultada sobre oferta ganadera.
Por Ignacio Iriarte | Analista Mercado Ganadero