Por Gustavo Picolla – Consultor | Especial para Agroeducación
El jueves pasado participé de un nuevo capítulo del Comité de Crisis que cada semana ofrece, con mucho éxito, Agroeducación.
Este jueves fue el turno del trigo, y ahí estaban representados, por uno de sus principales actores, molineros, exportadores, corredores, cooperativas y podríamos decir que a través de estas últimas, los productores. Todo conducido magistralmente, como es habitual, por el tridente Salvador Di Stefano, Carlos Etchepare y Antonio Ochoa.
Como es costumbre, cada uno de los representantes de los sectores emitió su opinión sobre el mercado de trigo.
Luego de ello, y acá viene lo más interesante, se abrió el debate entre todos. Ahí pudimos observar, si es que alguien no lo tenía claro, que el problema del trigo hoy en día, esta centrado en dos sectores, los molineros y los exportadores. Estos últimos compraron por encima de lo que estiman exportar y tienen el trigo que los molineros necesitan. El productor, que hoy no está vendiendo, si lo ha hecho y mucho durante los meses anteriores a que asumiera el nuevo gobierno, tiene aún producto en su poder, pero no me dio la sensación de ser el centro del debate.
Mientras los comentarios sutiles y respetuosos, no por eso menos insidiosos, iban de un lado al otro, los corredores y las cooperativas veían un debate muy bueno para ver desde la tribuna, tal como dijo el representante de estas últimas. Si no pudiste verlo, ojalá tengas la posibilidad de hacerlo.
Etchepare comentó, desde mi punto de vista algunas cosas muy acertadas. En primer lugar que el principal actor que genera estos problemas no esta en la mesa, haciendo alusión claramente al gobierno. En segundo lugar, que el mercado hoy está virtualmente intervenido porque el exportador no puede exportar aunque quisiera, la molinería si quisiera pagar precio hoy no puede porque tienen los precios de la harina congelados, el productor si no le pagan mas precio no vende. En tercer lugar, que el exportador tiene que comprar para exportar y el molinero para molerlo porque así fue la vida normal de la comercialización del trigo hasta que en un momento metieron mano y pasó lo que pasó.
Toda esta cuestión me hizo rememorar un artículo que escribí en el año 2011, cuyo título era “El trigo necesita del bien común”. En esa nota, escrita en una situación diferente a la coyuntura actual, escribía: “Para llegar a ser la potencia mundial que la Argentina puede ser, se necesita que los integrantes de la cadena agroalimentaria y el Estado se basen en una estrategia que permita que todos ganen.”
Que el gobierno no tenga mentalidad y capacidad para pensar en una estrategia que permita que todos ganen no es nada nuevo, pero que los representantes de la cadena no encuentren soluciones ganar-ganar, como lo manifestó el representante de los molineros en el debate, es preocupante. En este mismo sentido, se dijo, palabras mas o menos, que independientemente del volumen de cosecha que tengamos siempre tenemos problemas, ¿cómo puede ser que no tengamos la capacidad como para que estas situaciones se resuelvan?
La respuesta es que para resolver estas situaciones es indispensable tener una mentalidad de abundancia, porque cuando prima la mentalidad de escasez no hay solución posible. La mentalidad de abundancia implica pensar que hay para todos y, en ciertas situaciones, es necesario renunciar a ciertos beneficios en pos del ganar-ganar. Por ahí va la solución.
Etchepare comentó, que se iba mucho más preocupado de lo que llego porque los veo duros, demostrando que nadie está dispuesto a ceder. Yo quedé más preocupado cuando muchos nombraron al gobierno como el único que puede solucionar este tema. Sabemos que al gobierno, porque ha quedado demostrado en su anterior gobierno, no le interese solucionar nada de esto, con lo cual esta en la cadena la responsabilidad de lograrla.
Cierro la nota con dos comentarios:
- El primero, sobre el final Etchepare le preguntó a los panelistas lo siguiente: “Soy productor y estoy a punto de sembrar trigo, ¿siembro? Todos respondieron afirmativamente. Si me lo pregunta a mí, tengo mis dudas, pero si siembra cubra sus precios porque en todo este lío el que posiblemente pague los platos rotos sea el productor, mucho mas si el gobierno termina siendo el único que pude resolver el tema.
- El segundo, repito el cierre del artículo rememorado: “Estoy convencido que de implementar una estrategia basada en el bien común, la cadena del agro habrá demostrado que ese es el camino adecuado para ser la potencia que el mundo espera de nuestro país. Pero para ejecutarlo habrá que cambiar el paradigma egoísta del argentino por el paradigma del bien común. Esto es lo que el trigo necesita”
Esperemos, que después de nueve años, ocurra.