La inscripción de los contratos que constituyen prendas sobre marcas, patentes, enseñas, dibujos y modelos industriales, distinciones honoríficas y derechos de propiedad comercial, industrial y artística debe ser efectuada en el Registro de Prendas.
El Registro de Prendas se encuentra en la Dirección Nacional de los Registros Nacionales de la Propiedad del Automotor y de Créditos Prendarios (DNRPA). Este organismo se encarga de regular todo lo relacionado con la propiedad del automotor y los créditos prendarios en la Argentina.
La inscripción, modificación, y cancelación de prendas en el registro están sujetas al pago de aranceles, los cuales varían según la jurisdicción y el tipo de bien prendado. Es recomendable consultar las tasas vigentes antes de iniciar el trámite. La falta de inscripción puede afectar la validez y eficacia de la prenda frente a terceros.
La Bolsa de Cereales de Buenos Aires, a través de su servicio “Explorer”, presta asistencia a los productores y acreedores para la tramitación citada. ¿Qué incluye el servicio de registro de prendas de cultivo ofrecido por la Bolsa de Cereales? Para el productor, el servicio incluye el asesoramiento y acompañamiento en las gestiones ante los registros prendarios. Por otro lado, a través de la plataforma web, se facilitará el intercambio de documentación e información con los acreedores. Para los acreedores, la entidad bursátil ofrece el servicio de gestión ante los registros prendarios, así como un servicio adicional, optativo, de seguimiento y monitoreo de los cultivos prendados.
Volviendo al proyecto Mini RIGI, debemos precisar que la prenda digital es un contrato electrónico que garantiza un crédito. En el caso de los sembrados, el productor agrícola ofrece su cosecha futura como garantía para obtener un préstamo. A través de plataformas tecnológicas, se registra de manera segura y transparente esta operación, lo que agiliza los trámites y reduce los riesgos para las instituciones financieras.
Entre las ventajas de la prenda digital está la agilidad, porque los trámites se realizan de forma más rápida y eficiente, lo que permite acceder al financiamiento de manera oportuna. Además, la seguridad, donde la información se encuentra protegida en sistemas seguros, lo que reduce el riesgo de fraudes y pérdidas.También la transparencia, pues toda la información relacionada con la operación queda registrada de manera digital, lo que facilita la fiscalización y el seguimiento. Y por último, un mayor acceso al crédito, porque esta herramienta financiera permite que más productores, especialmente los de menor escala, puedan acceder a créditos para invertir en sus cultivos y mejorar su productividad.
El proceso es relativamente sencillo
Para entender el impacto real de la prenda digital CPR (Cédula de Producto Rural) en la agricultura de Brasil, es fundamental analizar casos concretos de productores que se han beneficiado de esta herramienta. Algunos de los beneficios más comunes reportados por los productores incluyen:
Muchos productores de soja en Mato Grosso, gracias a la prenda digital, han podido invertir en maquinaria agrícola de última generación, lo que les ha permitido aumentar su eficiencia y reducir sus costos de producción. También varias cooperativas agrícolas en Brasil han adoptado la prenda digital como una herramienta para facilitar el acceso al crédito para sus asociados, lo que ha fortalecido la producción y la comercialización de sus productos.
Brasil no es el único país que ha implementado sistemas de prenda digital para la agricultura. Otros países como Paraguay y Uruguay también han desarrollado sistemas similares. Sin embargo, existen diferencias importantes en cuanto a la implementación y los resultados obtenidos:
En Paraguay, la prenda de cultivo digital ha sido una herramienta innovadora para el financiamiento agrícola. Inspirada en el éxito del Cédula de Producto Rural (CPR) en Brasil, esta herramienta permite a los productores utilizar sus siembras como garantía para acceder a créditos. Esto ha facilitado el acceso al financiamiento, especialmente para pequeños y medianos productores y ha impulsado la adopción de nuevas tecnologías en el sector.
En Uruguay, el sector agropecuario también ha experimentado una transformación digital significativa. El Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) ha sido un actor clave en este proceso, promoviendo la digitalización y el uso de tecnologías avanzadas como el monitoreo de cultivos por satélite y la automatización de tareas agrícolas. Estas iniciativas han mejorado la eficiencia y sostenibilidad de la producción agrícola en el país.
Las principales diferencias con países como Estados Unidos y Canadá está que en estos dos países el mercado de la prenda digital está más desarrollado y consolidado que en Brasil y otros los países mencionados. En cuanto al marco regulatorio de la prenda digital este varía de un país a otro, lo que puede afectar su implementación y adopción. En tanto, en relación a la integración con otros servicios, en algunos países, la prenda digital está integrada con otros servicios financieros, como seguros y gestión de riesgos, lo que ofrece mayores beneficios a los productores.
La experiencia de otros países puede servir como referencia para mejorar la implementación de la prenda digital en la Argentina, captando los aspectos más virtuosos para ser implementados aquí.
Algunas de las lecciones aprendidas incluyen
La prenda digital representa una herramienta innovadora y prometedora para el desarrollo del sector agrícola. Al facilitar el acceso al crédito y mejorar la gestión de los cultivos, esta herramienta contribuye a aumentar la productividad, la competitividad y la sostenibilidad de la agricultura. Sin embargo, para aprovechar al máximo su potencial, es necesario continuar trabajando en la mejora de la infraestructura tecnológica, la capacitación de los usuarios y la adaptación del marco regulatorio.
Resulta alentador que el Gobierno repare y facilite el acceso a nuestros productores de aquellas experiencias, en este caso crediticias, que fomenten y que les permitan el acceso a suficiente crédito financiero, para apalancar la “revolución productiva argentina”.
El autor es contador especializado en temas agropecuarios