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Verde que te quiero verde. Dólar arriba de $500

Por Salvador Di Stefano | Director de AgroEducación

Estamos frente a un proceso de espiralización de la inflación, con atraso cambiario y aumento de brecha. No se logran reservas sustentables, se buscan dólares que todos sabemos que desaparecerán. Todo es una mentira. 

La inflación se combate con medidas fiscales tendientes a lograr superávit presupuestario, y una política monetaria que no emita pesos y coloque a la tasa de interés por encima de la inflación. Quien pretenda resolver el problema inflacionario con otros argumentos, es ni más ni menos un cantamañanas, que significa persona informal, irresponsable y que no merece crédito. 

Los países que desean crecer, deben paralelamente a las dos medidas mencionadas, llevar adelante mejoras en la productividad, que se logran con gran inversión en infraestructura, desregulación de mercados y reformas estructurales.

Si miramos la coyuntura argentina, estamos insertos en un escenario en donde el gobierno no tiene superávit fiscal, la tasa de interés es negativa contra la inflación, la inversión en infraestructura es solo el 1,7% del PBI, los mercados son regulados y no vemos en el escenario procesos de reformas estructurales. 

El deporte nacional de los funcionarios públicos pasa por salir a pedir dinero al exterior, pero con la particularidad de no aceptar condicionalidades, de esta forma cada pedido se transforma en un fracaso. 

Argentina desde el año 2018 no logro colocar un bono en el exterior con éxito, a pesar de haber reestructurado la deuda en el año 2020, haber sorteado una pandemia, y 3 años de dura sequía. Esto implica que no nos cree nadie. 

El viaje a China que realizo la delegación argentina logro más de lo mismo, renovar el swap de 130.000 millones de yuanes que, a un tipo de cambio de 7,05 yuanes por dólar, equivale a U$S 18.440 millones, y no los U$S 19.000 millones publicitados por el gobierno. De ese total serán de libre disponibilidad U$S 5.000 millones, y cuando se agote ese cupo se habilitaría un segundo cupo de U$S 5.000 millones adicionales. Por usar estos fondos se paga Shibor (Shanghái Interbank Offered Rate) que rondaría el 6,5% anual en dólares, tasa que es baja si tenemos en cuenta que nuestros bonos devengan tasas superiores al 40% anual en dólares. Todo este acuerdo está atado a que logremos un acuerdo con el FMI en breve. 

Las reservas se ubican en U$S 32.991 millones, en las mismas están contabilizado el swap chino y los encajes en dólares de los bancos que suman U$S 11.198 millones, entre estos dos ítems sumamos U$S 29.638 millones, si sumáramos el dinero de depositado en dólares en el Banco Central de Sedesa (que es un fondo de garantía de depósitos), los créditos tomados al Banco de Basilea y los Derechos Especiales de giro que nos adelanta el FMI, las reservas serían negativas. 

Con estos datos es imposible hablar en el mercado de una dolarización como punto de partida de un plan económico, porque no hay dólares a la vista. En cambio, si contamos con muchos pesos a la vista, la base monetaria suma $ 5,4 billones y los pasivos monetarios (Leliq, pases y otros) suman $ 14,9 billones, lo que implica un total de $ 20,3 billones. 

Tenemos un Banco Central al que le sobran pesos y no tiene dólares. Dicho esto, vamos a reforzar conceptos, para que las reservas crezcan en forma genuina, el país debería lograr superávit fiscal en las cuentas públicas, y con dicho superávit comprar dólares e incrementar las reservas. Si incrementas las reservas con dinero de terceros, eso es pan para hoy y hambre para mañana. Con lo cual salir a buscar dinero por el mundo es un parche, y no la solución de los problemas de la economía argentina. 

Conclusiones

. – En el mundo los países desarrollados bajaron fuertemente la inflación, aunque aún está en niveles del 5% al 6% anual. En Argentina, la inflación sube a un ritmo del 1,0% mensual, pero en forma nominal, la inflación en diciembre fue del 5,1%, en enero del 6,1%, en febrero 6,6%, en marzo 7,7% y en abril el 8,4%, a este ritmo vamos a una inflación del 9,0% en mayo y los dos dígitos están a la vuelta de la esquina. 

. – El gobierno no está tomando las medidas necesarias para detener el proceso inflacionario, por ende, la tasa de interés y la tasa de devaluación corren de atrás a la inflación. La tasa de devaluación del peso en diciembre fue del 5,9%, en enero del 5,5%, febrero 5,5%, marzo 6,0%, abril 6,5% y en mayo 7,5%. 

. – La inflación en 12 meses podría ubicarse en el 117,6% anual, mientras que la devaluación del peso viaja a una velocidad del 100% anual. Esto implica falta de competitividad para las exportaciones, si a esto le sumamos la sequía, no hay posibilidad de que ingresen muchos dólares en lo que resta del año. Por otro lado, las importaciones son atractivas, pero el gobierno no te da los dólares para importar, y si autoriza importaciones pospone en el tiempo el pago. Tenemos reservas por U$S 32.991 millones, y hemos diferido el pago de importaciones por U$S 13.675 millones. Estamos al horno, no solo no tenemos dólares, sino que debemos U$S 13.675 millones sin respaldo alguno. 

. – En este escenario, el dólar tiene un solo camino que es a la suba. El mercado lo sabe y al buscar coberturas las encuentra caras, el dólar futuro tiene una tasa implícita del 160% anual, los bonos dólar linked tienen tasa de interés negativa, al igual que los bonos que ajustan por inflación. El mercado está sobrecomprado en bonos no porque le cree al gobierno, porque busca cobertura ante la posibilidad de que no se logre un acuerdo con el FMI. 

. – En este contexto, muchas empresas prefieren no hacer cobertura y acopiar mercadería, en caso de tener que venderla, como no se sabe si se podrá reponer los precios son muy altos. Esta dinámica que se repite todos los meses, con tasas crecientes, nos llevan a una espiralización de la inflación, aumento de la tasa de devaluación e incremento de la brecha cambiaria. Por eso en junio, superaremos el nivel de los $ 500 para los dólares alternativos. A esto hay que agregarle el ingrediente de las candidaturas políticas, que quedan materializadas el 24 de junio. Elecciones es sinónimo de dolarización de carteras, y si bien ya están muy dolarizadas, al argentino le encanta que todo sea verde que te quiero verde.

Por Salvador Di Stefano | Director de AgroEducación

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